[Libro] Mitos y leyendas del mar

Publicado el 27 de febrero de 2009 en Libros por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 10 minutos y 60 segundos

Quise leer este libro a raíz de un artículo de mi amigo Aberrón que algunos lo criticaron. Y la verdad es que no entiendo por qué. Para empezar, ese relato consta en un cuaderno de bitácora. Es posible que sea falso, sí, pero la culpa no sería de Aberrón, sino de aquel que lo escribió. Zanjado ese detalle, si aquel libro explicaba esto, pues había que leerlo para saber qué más explicaba.

Y, efectivamente, habla de mitología relacionada con el mar, como dioses y diosas, monstruos marinos y otras cosas, pero también explica historias reales, sorprendentes y curiosísimas.

Se podría afirmar que ningún otro colectivo laboral alberga tantas supersticiones colectivas como el de los navegantes. Y quizá sea con toda la razón, ya que ningún otro colectivo ha soportado unas condiciones laborales tan peligrosas como los navegantes que surcaban los mares en busca de su pan de cada día. Si uno se jugaba la vida día sí y otro también mientras el barco batallaba por doblar el cabo de Hornos en pleno invierno, o se enfrentaba a un ciclón en el Pacífico o en el Índico que amenazaba con estrellar el velero contra los arrecifes de una costa a sotavento, era natural recurrir a todas las oraciones y supersticiones habidas y por haber, con la esperanza de salvar el pellejo.

Dichas supersticiones pueden llegar a unos extremos insospechados. Durante la Segunda Guerra Mundial, el crucero ligero HMAS Perth regresó a su puerto base de Australia para someterse a unas reparaciones, después de sufrir daños en la campaña de Creta. Una vez reparado, recogió a una tripulación de recambio en Fremantle y zarpó rumbo a Singapur a las doce y algunos minutos de la noche del viernes al sábado 14 de febrero de 1942. La armada había retrasado su salida para que no zarpara el viernes trece. Cuando el Wellwsley se hizo a la mar en un similar y fatídica fecha, la Armada lo hizo regresar de inmediato y obligó al capitán a esperar al día siguiente.

El primer lunes de abril es considerado mal día para hacerse a la mar por la creencia de que no sólo fue el día en que nació Caín, sino también el día en que mató a su hermano Abel. Tampoco se considera buen día el segundo lunes de agosto porque fue cuando la ira divina arrasó con Sodoma y Gomorra. Tampoco el 31 de diciembre es un buen día, pues según la tradición popular fue el día elegido por Judas Iscariote para ahorcarse. Hasta el miércoles en inglés «Wednesday» viene de Wodin’s day, dia de Wodin, el dios nórdico protector de los navegantes. Los féretros y las flores no eran bienvenidas a bordo pues se consideraba que eran para los funerales; o llevar paraguas en un barco estaba mal visto porque podían provocar a los dioses. Hay muchas supersticiones.

Si sólo los crédulos y supersticiosos aseguraran haberse topado con fantasmas en el mar, sería más fácil descartar estos encuentros como resultado de un exceso de alcohol o un estado de confusión mental, pero ¿qué hacemos con los testimonios de observadores cuya credibilidad está fuera de toda duda? El mismísmo príncipe Jorge de Inglaterra (el futuro rey Jorge V) aseguró haber avistado la famosa embarcación de Vanderdecken, el Holandés Errante.

Los tatuajes proceden de la Polinesia, a la que llegó James Cook en 1769. Se consideraban talismanes capaces de conjurar las influencias malignas. Pero es que están llenos de supersticiones. Al desembarcar, un navegante siempre  procuraba pisar con el pie derecho a tierra…

Cuando Piteas (por cierto, el primero en saber que Hispania era una península) aseguró haber visto durante su viaje enormes bloques de hielo flotante más grandes, incluso, que su embarcación, le llamaron charlatán; y cuando afirmó que aún más al norte la superficie del mar se llegaba a congelar del todo y que el Sol no se ponía durante semanas le trataron de loco e insensato. Así acaban muchos valientes y sinceros.

Las leyendas hawaianas hablan de Nuu, que junto con su esposa, sus tres hijos y las esposas de estos, se salvaron de una inundación gracias a la embarcación que había construido. Al descender las aguas, la embarcación se posó en Mauna Kea, la montaña más alta de las islas. ¿No es asombrosamente parecido al Arca de Noé?

Para recordar si babor y estribor es derecha o izquierda os recomiendo recordad la frase «el Banco de España». La B de Banco es babor y está a la izquierda; la E de España es estribor y está a la derecha. La palabra babor viene de port. El origen de la palabra se debe a que los barcos se abordaban por ese lado, ya que el bordo derecho tenía un timón rudimentario (en inglés antiguo, steor board, origen del término «estribor») que impedía abordar por el lado izquierdo.

Habla de un navegante llamado Hannón quien, alrededor del 500 a.C. (2000 años antes que Bartolomeu Dias, que en 1488 dobló el cabo meridional del continente africano), zarpó desde el Mediterráneo, atravesó las columnas de Hércules (el peñón de Gibraltar y el monte Hacho, en Ceuta), realizó un asombroso acto de fe, dejó de lado los monstruos como Kraken y que la tierra fuera plana y se fue hacia el sur bordeando el continente africano. Parece que no vio las Canarias (que debió dejar a su derecha) y llegó hasta Sierra Leone.

Hannón escribió su historia en una tablilla de arcilla. Aseguró haber visto cocodrilos, hipopótamos y hombres ataviados con pieles de animales. El historiador griego Herodoto mencionó con gran escepticismo una circunnavegación a África. Aun hoy, hacer eso sería una travesía épica. Herodoto aseguró que el relato de los navegantes tenía un error geográfico inaceptable:

A su regreso declararon, y yo por mi parte no les creo, aunque otros sí lo hagan, que al doblar el extremo de Libia [así se llamaba en la antigüedad al continente africano] tenían el Sol a su derecha.

Herodoto había recorrido en persona casi todo el Mediterráneo y sabía mucho de la geografía de Europa. Pero aquellos navegantes habían ido al hemisferio sur. Sólo alguien que efectivamente hubiera hecho ese viaje podría revelar el detalle de que el Sol se encontraba a mano derecha al navegar hacia el oeste. Imaginad el miedo de aquellos navegantes: al zarpar desde Egipto, verían el Sol al sur pero a medida que descendieran tendrían el Sol cada vez más cerca del cenit hasta que al cruzar el Trópico de Capricornio verían al Astro Rey cada vez más al norte. Además, por las noches debieron perder de vista la estrella polar, y hay que añadir que no tenían idea de cuándo el litoral iba a doblar hacia el oeste y volver hacia el norte, si es que lo iba a hacer en algún momento. Como dijo el historiador Edward Burman: podemos considerar que el mérito fue mucho mayor que el de Cristóbal Colón 2000 años más tarde.

En 1434, el príncipe de Portugal, más conocido como Enrique el Navegante, que no tenía paciencia para las supersticiones, convenció a Gil Eanes para que fuera más allá de las islas Canarias y viera qué había más allá de cabo Bojador. Enrique estaba convencido que la furia que atemorizaba a los marineros no era otra cosa que un fortísimo oleaje. El cronista real de Enrique escribió en 1453 que: aunque no envió a hombres comunes, sino a los más destacados navegantes de su armada, ni uno se atrevía a doblar el cabo Bojador.

A medida que se acercaban, los marineros estaban más recelosos y dispuestos a amotinarse, pero Gil Eanes los logró tranquilizar a base de razonamiento y sentido común. Cuando se enfilaron mar adentro, todos temían llegar al fin del mundo y al abismo; pero para sorpresa de todos, doblaron el cabo Bojador y llegaron a aguas tranquilas. Después de superar sus miedos emprendieron la ruta hacia el Sur y al Este, de regreso a la costa africana, donde les esperaba un territorio nuevo sin explorar.

Habla de Colón, de Lord Anson y de James Cook, quien soltó algunas ovejas, cabras y cerdos en la isla del sur de Nueva Zelanda. Enfrentadas a un entorno desconocido, las ovejas comieron plantas venenosas y murieron todas. Las cabras, las descubrieron pronto los maoríes y se las comieron todas. Sin embargo, los cerdos sobrevivieron y sus descendientes todavía hoy viven en la isla, donde reciben el nombre de captain cooker.

La historia de la marina está también plagada de pasión. Uno de esos momentos fue en 1921, cuando el general de brigada Billy Mitchell, un defensor apasionado de las fuerzas aéreas, convenció a la  Armada estadounidense de que le permitiera demostrar la efectividad de un ataque desde el aire. Fondearon a unas 65 millas de la costa de Virginia un dreamnought alemán veterano de la batalla de Jutlandia: el Ostfriesland. Los aviones del ejército y la armada procedieron a bombardearlo sin compasión. A pesar de los evidentes daños que sufrió, permaneció a flote, con lo que un capitán de navío dijo, con evidente regocijo, que «no lograrían hundir ese barco».

Pero pasado el mediodía, sufrió varios impactos directos de bombas de 2.000 libras y poco después quedó tumbado sobre unos instantes para luego irse a pique. Al ver lo sucedido, a los almirantes y capitanes se les saltaron las lágrimas. Pero no lloraban por el barco, sino porque el acorazado más poderoso podía ser destruido por un aparato hecho de lona, alambres, pegamento y poco más. Empezó con ello la era del portaaviones.

Habla de la historia de la Armada Invencible que trató en 1588 invadir Inglaterra con objetivo de imponer la fe y la autoridad de la iglesia católica a los ingleses. Acabó no siendo «invencible»; de cómo Nelson fingió no haber oído la orden de un superior y mirar por el catalejo con su ojo ciego; de cómo en la batalla de Jutlandia, dependiendo de cómo se mire, o bien ganaron los alemanes o bien los ingleses, incluso un periódico neoyorquino amaneció con el titular: La flota alemana ha atacado a su carcelero, pero sigue en la cárcel.

Al naufragar el ballenero Essex y quedar los supervivientes en un bote a la deriva durante 90 días tuvieron que comerse la carne de los compañeros muertos para sobrevivir y, finalizada la provisión, echaron a suertes quién debía matarse para que el resto sobreviviera; también explica que fue Francisco de Orellana quien bautizó al río Amazonas con ese nombre; y de las amazonas, bautizadas así porque según decían, se cortaban el seno derecho para que no les molestara al disparar con el arco. De hecho, la palabra amazona viene de «a» y «mazos» que quiere decir «sin pecho».

En esta comunidad de amazonas no había hombres. Cuando capturaban prisioneros masculinos en alguna batalla, solían obligarles a aparearse con las mujeres y después del feliz acontecimiento les sacrificaban. Si de estos encuentros salían varones, los mataban o enviaban de regreso a la tribu del padre. Cuando las niñas llegaban a la pubertad se les practicaba la masectomía, quemándoles un pecho. Aun así, todo lo explicado parece ser un mito de los griegos que ha perdurado hasta nuestros días.

Habla de los diferentes naufragios y las asombrosas habilidades para la supervivencia que demostraron algunos, como los que quedaron atrapados en la isla de Spitzbergen; de Poon Lim, un camarero al que torpedearon su barco y quedó en una balsa solo durante 133 días, y cuando lo recogió un pesquero brasileño saludó a sus salvadores con una humilde reverencia; o la del teniente de navío Herbert Kabat, que sobrevivió a los repetidos ataques de un tiburón; o de las aventuras y desventuras de John Caldwell, un marinero que se casó con una mujer que había conocido en Sydney y se pasó alejado 18 meses intentando volver junto a ella por todos los medios, desde polizón en un barco holandés hasta aprendiendo a navegar y ser víctima de un huracán.

También habla de los piratas. De joven, Gaius Julius Caesar navegaba hacia Rodas para estudiar derecho, cuando su barco fue abordado por «gente del mar», le secuestraron y pidieron un rescate. Sus amigos pagaron dicho rescate, pero César reunió inmediatamente unos barcos de guerra y persiguió a los piratas; cuando los capturó, los crucificó a todos, como ya les había advertido. A las mujeres que piensen que sería muy romántico ser capturada por los valerosos piratas, lo deberíais pensar dos veces, ya que cuando una mujer era capturada la violaban en cubierta para más tarde arrojarla por la borda. Muchas veces mataban a sus prisioneros, o los arrojaban por la borda o los abandonaban en una balsa en medio del océano o dejaban en una isla desierta. Uno de los abandonos intencionados más famosos es el del escocés Alexander Selkirk en 1705. Puede que su nombre no os suene, pero si os digo que fue rescatado 4 años después y sus aventuras fueron la base para que Daniel Defoe escribiera Robinson Crusoe, ya os sonará más.

Un sorprendente relato es el de James Bartley, un timonel de un ballenero que cayó directamente en las fauces de una ballena cuando la perseguían para arponearla. El animal cerró la boca y se sumergió en el mar. Al día siguiente apareció en la superficie el cuerpo de un cachalote macho recién fallecido. Era un animal muy grande y la tripulación pasó dos días despellejándolo. Alguien de a bordo comentó que tal vez fuera el animal que se había tragado a Bartley, pues tenía una herida parecida a la que le habían hecho a aquel animal. Con reticencia, los despellejadores llegaron hasta el estómago y lo abrieron. Efectivamente, vieron una gran masa de gambas y otros pequeños animales junto a un gran bulto con una forma vagamente humana. Era el cuerpo ensangrentado de Bartley con el rostro violáceo. Tardaron cinco horas en reanimarlo. Cuando despertó parecía estar completamente loco, gritando y agitándose hasta tal punto que tuvieron que atarle en su catre. Hablaba incesantemente del fuego que le había estado consumiendo. Hay que tener en cuenta que la temperatura corporal de la ballena es superior a la del hombre y alguien en ese estómago tendría la sensación que le están asando vivo. Después de esta experiencia, no pudo volver a quedarse solo, nunca volvió a practicar la pesca de la ballena, incluso se negaba a mirar el mar.

Explica que la botella de champán que se rompe antes de la botadura de un barco no estaba antes asegurada con un cordón como en la actualidad. Eso es debido a que en una ocasión, a una dama de alta sociedad le falló la puntería y dio a un espectador que denunció al almirantazgo.

Pero habla de muchas más cosas, como las levas, la dureza del mar, los motines más famosos y sangrientos, etc.; pero ya me he extendido demasiado. Os dejo este enlace por si queréis conocer algún detalle más de este último aspecto.

Recomendado para todos los públicos y muy especialmente a los amantes del mar y su historia.

Portada del libro

Título: «Mitos y leyendas del mar»
Autoe: Peter D. Jeans

Otras opiniones del libro:
http://www.libreriadenautica.com/items/mitos-y-leyendas-del-mar-LMLM-2.html
http://www.depositohidrografico.com/b2c/index.php?page=pp_producto.php&md=0&ref=EI345

Para saber sobre la historia naval:
Pequeñas historias de la historia naval
Todo a Babor



Hay 22 comentarios a '[Libro] Mitos y leyendas del mar'

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  1. #1.- Enviado por: alex3.0

    El día 27 de febrero de 2009 a las 23:58

    Increibles historias, espectacular como siempre.

    A mi se me paso el articulo de aberron y hasta ahora lo veo.

    un error:
    «también explica que fue Francisco de Orellana fue quien bautizó al río Amazonas…»

  2. #2.- Enviado por: omalaled

    El día 28 de febrero de 2009 a las 00:04

    alex3.0: gracias. Corregido. No se os escapa una 🙂

    Salud!

  3. #3.- Enviado por: lucagali

    El día 28 de febrero de 2009 a las 00:30

    Historias curiosísimas, la de James Bartley en el estómago de la ballena es increible. Desde luego, tuvo que pasar un mal rato, aunque parece mentira que saliese vivo.
    Otro libro más que me apunto.

  4. #4.- Enviado por: Nachop

    El día 28 de febrero de 2009 a las 08:07

    Pues yo mas que pensar en la temperatura más alta de la ballena pensaría mas bien en los acidos del estomago. Los humanos usamos acido clorhidrico para empezar la digestión.

  5. #5.- Enviado por: Ramonmo

    El día 28 de febrero de 2009 a las 11:30

    Es verdad que «Wednesday» viene a significar «día de Wodin» (o Wodan, o Wotan) pero este dios no es otro que Odín, el principal de todo el panteón germánico. Por lo tanto, no tiene porqué tener ese día dedicado únicamente por su advocación marinera, siendo como era dios de otras muchas cosas.

    Un saludo.

  6. #6.- Enviado por: JGM

    El día 28 de febrero de 2009 a las 18:21

    una regla memotécnica usada en el mar es Ybarra (como la naviera) : une el lado (izquierda) con el nombre (babor) y el color del farol a ese lado (rojo)

  7. #7.- Enviado por: alvaro

    El día 28 de febrero de 2009 a las 19:39

    Intentaré buscar ese libro,seguro que me gusta.
    El mundo de las historias de marineros es muy rico y aparte soy de los que piensa que los marineros y los pastores atesoran mucha sabiduría y cultura que sería una pena perder.

  8. #8.- Enviado por: Mmonchi

    El día 28 de febrero de 2009 a las 19:47

    Otra regla fácil de recordar es la del «bidé»:

    Babor, izquierda; derecha, estribor.

    Muy bueno el artículo, como siempre.

  9. #9.- Enviado por: Dicanri

    El día 1 de marzo de 2009 a las 04:05

    Interesante reseña del libro

    También tengo la duda que ese pobre hombre saliese vivo del estómago de la ballena. Qué ácidos tiene una ballena en el estómago?

  10. #10.- Enviado por: omalaled

    El día 1 de marzo de 2009 a las 09:19

    Muchas gracias por los comentarios.

    Respecto lo de la ballena, hay que pensar que no tienen dientes, no pueden masticar. Por otro lado, el libro explica que el proceso de digestión de estos animales es algo lento. De un día para otro no da tiempo a hacer mucho. Otra cosa que tampoco me explico es cómo podía respirar, qué tipo de aire hay en un estómago de estos animales.

    Respecto las reglas mnemotécnicas, alucino la cantidad que hay para cuestiones del mar. Hay un montón (yo me hice «DERUMA» que para navegación me iba muy bien para recordar DEmora= RUmbo + MArcación); aunque hace tiempo no toco estos temas del mar.
    Ramonmo: cierto. Sucede que muchas veces, las supersticiones no se sabe con exactitud de dónde vienen. Se tiene una intuición, pero si ya de por sí son subjetivas, imagina deducirlas.

    Salud!

  11. #11.- Enviado por: Nachop

    El día 1 de marzo de 2009 a las 13:18

    Los cachalotes si que tienen dientes y se alimentan de peces y calamares. Se sabia de la existencia del calamar gigante porque habia sido encontrado en estomagos de cachalote…
    Yo solo decia que es más facil que la temperatura alta fuera por los procesos digestivos que por la temperatura del cuerpo.
    Pero vamos, lo asombroso es que sobreviviera, sin jugos gastricos o sin ellos ^^

  12. #12.- Enviado por: Nachop

    El día 1 de marzo de 2009 a las 13:18

    o con ellos, snif, que dislexia

  13. #13.- Enviado por: Armin Tanzarian

    El día 2 de marzo de 2009 a las 12:46

    A mi me gustaría pedir que me aclararan una duda respecto a los marineros que doblaron África y tenían el sol a su derecha al navegar rumbo oeste: ¿En qué momento del viaje necesitaron navegar rumbo oeste en el hemisferio sur? Con el mapa de África en la cabeza, pienso que sólo irían al sur o al este.

  14. #14.- Enviado por: Cesar

    El día 2 de marzo de 2009 a las 16:37

    Tanzarian: dice que partieron de Egipto asi es que desendieron por el lado derecho de Africa(oceano indico), imagino que habran pasado entre el continente y Madagascar y asi es logico que al llegar a Sudafrica doblaran al oeste para ascender por el lado izquierdo del continente.
    Omalaled: en una ocacion te recomende un libro titulado «Hasta donde me lleve el viento» y me contestastes que eras un poco monotema, dandome a entender que solo lees sobre ciencia, asi es que me has sorprendido con esta recomendacion, de todas maneras viniendo de ti, sin duda es una lectura interesante; lo anoto en mis pendientes.

  15. #15.- Enviado por: Haplo

    El día 3 de marzo de 2009 a las 15:28

    Genial artículo amolaled, lleno de anécdotas a cual más curiosa, pero desde luego la de James Bartley en el estómago de la ballena se lleva la palma. ¿No recuerda al mito de Jonás y la Ballena? 🙂

    Ahora, que la de la dama que le dio un botellazo a un espectador y este denunció al almirantazgo, tampoco tiene despedrdicio xDxD

  16. #16.- Enviado por: Ender Muab'Dib

    El día 6 de marzo de 2009 a las 00:01

    Coincido en que la más curiosa es la de la ballena, pero las de Piteas y Hennon también me han gustado mucho.
    Interesantísimo, como siempre.

    Saludos.

  17. #17.- Enviado por: MOEBIUS

    El día 11 de marzo de 2009 a las 04:19

    Venga…Omalaled!!!! se que lo que voy a «Decir» no va al caso con lo que escribistes en este artículo, pero me acabo de enterar de que existe una película inspirada en la vida de Richard Feynman!!!!!!! se llama infinity….allí te dejo la inquietud por si quieres averiguar mas.

  18. #18.- Enviado por: Isod

    El día 15 de marzo de 2009 a las 20:41

    Hummm. protagonizada por Mat. Broderick… a mí me produce desconfianza. Pero habrá que buscarla y ver quáé tal está. Gracias por la información.

  19. #19.- Enviado por: HACKER

    El día 18 de octubre de 2009 a las 15:07

  20. #20.- Enviado por: gisell

    El día 3 de diciembre de 2009 a las 21:29

    buen libro y ami me gusto mucho lo felisito aberron. su admiradora del libro «mitos y leyendas del mar»

  21. #21.- Enviado por: cra

    El día 18 de marzo de 2010 a las 18:17

    La de James Bartley es desgraciadamente falsa, y una de las leyendas urbanas mundiales sobre la mar. He aquí los detalles para los curiosos:
    http://en.wikipedia.org/wiki/James_Bartley

  22. #22.- Enviado por: Gabriel

    El día 18 de septiembre de 2011 a las 19:47

    Este verano cayó en mis manos un pequeño pero instructivo reportaje/tesis del capitán de la marina mercante Ignacio Garmendia Berasategui, con fecha de septiembre de 2005 y titulado «La navegación en tiempos de Píteas: El problema de la longitud». Habla de un posible método de calcular la longitud, antes de la invención del cronómetro, basado en la observación de los astros,y que quizás pudieran utilizar los navegantes melanesios, entre otros. Me recordó un pequeño documental acerca de que el «reparto del mundo» tras el descubrimiento de Las Indias por Colón dependió en gran medida de esta medición, y es la causa, entre otras cosas, de que en Brasil se hable portugués.
    A mi me gustó mucho
    http://www.youtube.com/watch?v=Bn18k4OG_LE

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