Francis Galton

Publicado el 4 de febrero de 2008 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 6 minutos y 27 segundos

Ya os hablé de Francis Galton, el medidor de nalgas de mujeres y el que dio la idea de utilizar las huellas digitales para identificar personas. Gracias a esa idea, en 1911 se solucionaron de forma espectacular casos criminales abiertos en aquel momento. No es extraño que su utilización se extendiera tanto en EEUU como en Gran Bretaña. Pero hizo más cosas, y sobre ellas hablaremos en nuestra historia de hoy.

Sir Francis Galton fue, entre otras cosas, estadístico, psicólogo, inventor, antropólogo y eugeneticista. Publicó más de 300 trabajos. Su libro más famoso fue «El genio hereditario» donde defendía que genio y talento, a menudo, se heredan.

Fue niño prodigio. A los 4 años ya era capaz de leer cualquier libro en inglés, distinguía entre sustantivos, adjetivos y verbos en textos latinos, sabía un poco de francés y ya sabía hacer multiplicaciones sencillas.

Estudió medicina, graduándose en Cambridge en 1844. Pasó algunos años explorando África escribiendo libros con sus experiencias como explorador. Después se dedicó a la meteorología, escribiendo en 1863 un libro sobre el tema titulado «Meteorográfica», con el que se iniciaron los mapas con el tiempo atmosférico que tanto nos gustan ver. Fue él, de hecho, quien acuñó el término «anticiclón», con el significado de altas presiones, que aporta generalmente calma y buen tiempo.

Era primo del archifamoso Charles Darwin, cosa que fue muy desfavorable para él, puesto que, aunque fue un gran científico, no lo fue en el grado de Charles. Cuando se publicó el famoso libro «Sobre el origen de las especies», Galton no pudo resistir la llamada de las ciencias biológicas y se dedicó a la antropología y al estudio de la herencia. Creyó, como Darwin, que cuando dos tipos diferentes de individuos se unían, las características se mezclaban en los vástagos y representaban una categoría intermedia entre éstos. Ya Mendel había puesto de manifiesto que no era así, pero Galton desconocía los trabajos mendelianos. No obstante, la ciencia no avanza sólo a base de aciertos: durante el camino se comenten equivocaciones que son muy necesarias para dicho avance y no por ello hay que menospreciar o desdeñar a quienes los han cometido. Todo lo contrario. Aun así, vivió lo suficiente para ver cómo De Vries rescataba los resultados de Mendel, cosa de la que ya os hablé.

Y aunque en ese punto estuviera equivocado, fue el primero que destacó la importancia del estudio de los gemelos idénticos, donde la herencia se podía considerar idéntica y, por tanto, las diferencias podrían atribuirse sólo al medio. Hoy se le conoce como el padre de la psicología diferencial.

En 1869 mostró que la capacidad mental variaba según una curva en forma de campana tal y como Adolphe Quetelet había demostrado que lo mismo sucedía con las mediciones físicas. Hoy hablamos de la campana de Gauss o Ley Normal.

Estudió cálculos correlacionales. De hecho, fue él quien introdujo en 1888 el concepto «correlación». Estudió transfusiones sanguíneas, criminalidad, el arte de la exploración en países subdesarrollados, el gregarismo en el ganado y en el hombre. También acuñó el término eugenesia.

Lo explicado hasta aquí ya le bastaría como para entrar en el grupo de aquellos personajes con auténtico afán de curiosidad e inquietud por el conocimiento. Hay, sin embargo, un rasgo que hace que la personalidad de este hombre lo lleve un poco más allá. Tenía una manía: cuantificaba todo lo que se ponía por delante de él.

Uno de los trabajos más curiosos fue Investigaciones estadísticas sobre la eficacia de las oraciones, y para ello calculó la edad media de muerte de las personas distribuidas entre profesiones para medir la eficacia de las plegarias. Mientras los médicos vivían una media de edad de 67,04 años, los abogados la tenían de 66,51 y los clérigos de 66,42. Su conclusión fue que las plegarias eran inútiles y atacó la noción de que las oraciones ayudasen a prolongar la vida destacando que, si así fuera, las compañías de seguros ajustarían sus pólizas en virtud de la cantidad de rezos de los clientes.

Su afán de cuantificación llegaba más lejos, porque era absolutamente todo lo que se reducía a una serie de cuantificaciones. Hasta las curvas de una mujer. Un día, mientras le hacían un retrato, contó el número de brochazos que le había costado al artista (el libro no cita cuántas, pero si alguien lo averigua, estaré encantado de saberlas). En 1897 publicó en la revista Nature un trabajo sobre la longitud que debía tener una soga para que, durante el ahorcamiento, rompiera el cuello de un criminal sin decapitarlo.

Estudió la duración de las penas de prisión mostrando ciertos patrones subconscientes en las sentencias de los jueces. De 10.000 sentencias que estudió descubrió preferencias por condenas de 2, 3, 9, 12, 15, 18 y 24 meses, no hallando condenas de 17 y pocas o muy pocas de 11 o 13. También mostró que las penas impuestas no guardaban correlación con la gravedad del delito.

Pero hay más. Hizo un mapa de belleza de Gran Bretaña basándose en el número de guapas y feas que veía por las calles de las distintas ciudades apuntando los detalles en un cuaderno. También trabajó en el índice de aburrimiento aplicado a los actos públicos basado en los movimientos de impaciencia o nerviosismo que observaba y anotaba en los actos a que acudía. Advirtió que las cabezas de los aburridos en un público se movían de delante hacia atrás con una frecuencia que podía relacionarse con el aburrimiento; sin embargo, los asistentes que permanecían atentos se sentaban erguidos manteniendo distancias constantes entre sus cabezas.

Llegó, incluso, a poner sensores de presión bajo las sillas de su comedor con el fin de recoger los movimientos corporales de sus invitados, sacando curiosas conclusiones, como que aquellos que sentían simpatía mutua inclinaban sus sillas en la dirección del otro. También en la calle interpelaba a la gente para cuantificar el número de optimistas y pesimistas.

También se fijaba en cómo cambiaba el color de las caras de los que asistían a una carrera de caballos cuando éstos se aproximaban a la meta. Desarrolló complicadas fórmulas para determinar cuánto había que beber por las mañanas y por las tardes. Inventó un sombrero cuya parte superior podía alzarse mediante una pera de goma y así la cabeza se refrescaba por la entrada de aire.

También se dedicó a buscar inteligencia extraterrestre y sugirió que el código en que nos debíamos comunicar con ellos era una especie de Morse pero con tres símbolos en lugar de los dos clásicos: un punto, una raya y una tercera inclinada. Primero deberían transmitirse ejemplos de sumas y multiplicaciones y luego cálculos astronómicos que hicieran referencia al Sistema Solar. Una vez que ellos nos contestaran con el concepto «radio» a través de las órbitas planetarias, nos dirían el valor de PI (recordad que vivió entre 1822 y 1911).

En fin, todos estos estudios los fue publicando en Nature. Incluso uno titulado Cortar una tarta redonda con principios científicos.

Carecía de la habilidad necesaria para conectar emocionalmente con la gente. Por ejemplo, cuando daba una conferencia no sabía leer las caras del público. Era incapaz de decir si la gente se aburría o le interesaba lo que escuchaba. Para solucionarlo, ideó un sistema de señales con su esposa, camuflada entre la audiencia, para indicarle que bajara la voz, la subiese, hablase más rápido o más despacio.

Volviendo al principio de nuestra historia, y teniendo en cuenta esta tremenda manía de medir las cosas, no debe sorprendernos que fuera el artífice de iniciar el uso de las huellas digitales que comentábamos. Cuando se puso a estudiarlas, observó que todas las que veía eran diferentes y conjeturó que no había dos seres humanos con las mismas huellas si eran rigurosamente medidas y comparadas. Hay que decir que, aunque fue quien las popularizó, no había sido el primero en notar su potencial utilización. En el siglo XIX habían sido utilizadas por un administrador científicamente ilustrado en la India británica para «evitar tener que personarse en los departamentos y poner fin a disputas sobre la autenticidad de las escrituras».

Si queréis saber los detalles de por qué las huellas digitales son diferentes entre dos personas, incluso entre gemelos, no os perdáis el artículo de Shora en el que lo explica.

En 1905, la revista Nature informaba que el departamento de Scotland Yard estaba en posesión de entre 80.000 y 90.000 huellas digitales. Esta fue la principal forma de identificación de los forenses hasta que en 1984 la sustituyó una técnica gracias a un descubrimiento hecho en la Universidad de Leicester. Dicho método, la prueba del ADN, se utilizó por primera vez en 1986.

Pero me he extendido demasiado y creo que dejaremos el descubrimiento y la primera utilización de la prueba del ADN para otra historia.

Fuentes:
«La sonrisa de Pitágoras», Lamberto García del Cid
«Historia biográfica de ciencia y tecnología (TOMO 2)», Isaac Asimov
«Eurekas y euforias», Walter Gratzer
http://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Galton



Hay 28 comentarios a 'Francis Galton'

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  1. #1.- Enviado por: Daniel

    El día 4 de febrero de 2008 a las 05:30

    Quiero comentar (y con mucho orgullo, por sierto) que la persona que tiene «patentada» de la investigacion mediante huellas digitales es un ARGENTINO!!!

    «a fines del siglo XIX el criminologo argentino de origen balcánico Juan Vucetich ideo un sistema que podia identificar a las personas por sus impreciones dactilares[…] Las huellas digitales ya se conocian desde hacia siglos, pero hasta entonces, nadie habia podido establecer un sistema que pudiera clasificarlas para identificar a un sospechoso» (Los Padres del policial. Colección Arakne. Sin autor aparente)

    El libro en el que vucetich expuso sus metodos se llamó «dactiloscopía comparada»

    Saludos…

  2. #2.- Enviado por: santi_monse

    El día 4 de febrero de 2008 a las 09:26

    Muy interesante. Por lo que acabo de leer, parece que su principal contribución fue en el campo de la psicología, concretamente en el estudio de los gemelos idénticos.

    En cierta parte, me parece un tanto contradictorio el artículo. En primer lugar, destaca que Galton realizaba estudios sobre el «índice de aburrimiento aplicado a los actos públicos», advirtiendo que «las cabezas de los aburridos en un público se movían de delante hacia atrás con una frecuencia que podía relacionarse con el aburrimiento». Pero posteriormente asevera que «no sabía leer las caras del público» y que «era incapaz de decir si la gente se aburría o le interesaba lo que escuchaba». ¿No es una franca contradicción lo que se afirma en uno y otro párrafo? ¿Cómo es posible que pudiera hacer análisis sobre el aburrimiento pero luego no distinguiera cuando el público se aburría en una conferencia suya?

    Espero que resuelvas mi duda =) y muchas gracias nuevamente por la interesante información ^^

  3. #3.- Enviado por: Gaspar E, Suárez

    El día 4 de febrero de 2008 a las 10:49

    La expresión «delante suyo» es errónea. Por favor, no contribuyas a que los que llevamos cuarenta años de lecturas en castellano tengamos que aprender el lenguaje de los que no han leído un libro en su vida.

  4. #4.- Enviado por: freeman seagull

    El día 4 de febrero de 2008 a las 11:56

    Muchas gracias por esta nueva historia. El hecho de que Galton lo cuantificará todo y la mención que haces a Quetelet me recuerda a un libro que leí hace poco titulado «El triunfo de los números». En este libro habla de Quetelet y del afán de cuantificarlo todo que se dio en su época y que desembocó en el desarrollo de la estadística.

  5. #5.- Enviado por: Maelstrom

    El día 4 de febrero de 2008 a las 23:08

    «La expresión “delante suyo” es errónea. Por favor, no contribuyas a que los que llevamos cuarenta años de lecturas en castellano tengamos que aprender el lenguaje de los que no han leído un libro en su vida.»

    Hay maneras mucho menos petulantes de señalar un error, ¿no crees?.

  6. #6.- Enviado por: Juanita

    El día 4 de febrero de 2008 a las 23:35

    La verdad que si, el que comentó acerca del error en la expresión, cuánta mala onda tiene!!! Debe ser un profesor avinagrado

  7. #7.- Enviado por: Isod

    El día 5 de febrero de 2008 a las 00:35

    En lo de comunicarse con extraterrestres, recuerda a los discos de las Voyager ideados por Sagan. También a su novela «Contacto», donde el mensaje extraterrestre que se recibe empieza precisamente indicando como cuentan y las operaciones matemáticas simples. También el protagonismo del círculo y el valor de PI… ¿se inspiraría en F. Galton?
    Por cierto, en el párrafo en el que mencionas este tema también aparecen dos formas del verbo «contestar» que no me pegan, parece que las últimas frases se contradigan. 😉
    Por cierto, en lo referente al «delante suyo» es muy típico de hablantes gallegos (de Galicia), porque en gallego la construcción es así. No sé si en catalán también es el mismo caso. Digo esto para entender el error, no para disculparlo (no creo que Omaladed lo precise).

  8. #8.- Enviado por: omalaled

    El día 5 de febrero de 2008 a las 00:42

    Daniel: muchas gracias por el apunte.
    santi_montse: es aquello de «en casa de herrero, cuchillo de palo». Por la misma regla de tres, todos los psicólogos tendrían que ser personas muy centradas; los pedagogos, excelentes padres; y los médicos, ejemplo de buenas costumbres … pero bueno, no nos vamos a engañar, ¿verdad? 🙂 Es muy difícil aplicarse a uno el cuento y es más fácil que lo haga alguien externo a la situación.
    Gaspar: No soy versado en letras ni en historia y, a buen seguro, he cometido y cometeré muchos errores de este tipo. Siempre he admitido mi ignorancia y no me ha molestado hacerlo. Como consecuencia, agradezco correcciones tanto sintácticas como de expresión aunque no sean el objeto de este blog. Por cierto, en un diario como el abc, también utilizan esa expresión. Espero que también se lo hagas saber a ellos aunque, como dice Maelstrom, no con el tono con el que me lo has hecho saber a mí. Aun así, tienes razón. Lo corrijo igualmente.
    freeman seagull: gracias a ti. Me apunto ese libro.
    Juanita: me ha hecho gracia esa expresión de «mala onda». Yo más bien lo calificaría como interferencia destructiva 🙂
    Isod: yo diría que en catalán sí es correcto («davant seu»), aunque la verdad es que ver que está mal en castellano me hace dudar (y sería «davant d’ell»). Se lo preguntaré a un amiguete mío que es un crack de esta lengua.

    Pero, por favor, centrémonos en Galton, que ha sido el héroe en la historia de hoy.

    Salud! (por cierto, sé que está mal hecho el poner el signo de admiración sólo al final … pero permitidme hacer alguna falta a propósito).

  9. #9.- Enviado por: Iñaki

    El día 5 de febrero de 2008 a las 03:30

    Hola Omalaled:
    Yo no sé mucho de lengua, pero creo que el «amigo» Guzmán tiene razón. «Suyo» es un posesivo y digamos que no puedes poseer una posición. Pasa lo mismo en «detrás mío»… el «detrás» aunque sea tu espalda no puedes poseerlo 😉 Sería «detrás de mí», que es un personal… En fin… que no sé si me he explicado (ni siquiera estoy seguro de tener razón, pero creo que el tema va por ahí)
    Un saludo.

  10. #10.- Enviado por: omalaled

    El día 5 de febrero de 2008 a las 11:32

    Iñaki: es cierto, tiene razón (ahora ya está corregido). Lo he buscado y he visto este artículo donde lo explica muy bien.

    No obstante, espero que cuando alguien ponga el grito en el cielo por este detalle, también lo ponga cuando oiga a un hombre del tiempo decir El sábado hay una probabilidad de lluvia del 50% y el domingo otro 50%. Por tanto, la probabilidad de lluvia del fin de semana es 50% del sábado más 50% del domingo, o sea, el 100%

    A ver si se os ocurre la solución 🙂

  11. #11.- Enviado por: Ahskar

    El día 5 de febrero de 2008 a las 13:03

    También de paso que aprendan la diferencia entre astrología y astronomía. Eso sí que me repatea.

    Muy majo el artículo Omlaled, como ya es costumbre.

  12. #12.- Enviado por: hurakanpakito

    El día 5 de febrero de 2008 a las 13:33

    Muy divertido el artículo, como siempre, omalaled.
    Un pequeño detalle: se te ha colado un error de contenido al hablar de «eugenesia». Se trata de un planteamiento filosófico, que no científico, que pretende que es posible «mejorar» la especie humana por selección artificial. Es tristemente famosa por ser la base pseudocientífica de muchos genocidios.

    La genética del comportamiento se llama simplemente genética del comportamiento 🙂

  13. #13.- Enviado por: omalaled

    El día 5 de febrero de 2008 a las 13:50

    Ashkar: muchas gracias.
    hurakanpakito: tienes razón. Está corregido. Muchas gracias.

    Salud!

  14. #14.- Enviado por: Macluskey

    El día 5 de febrero de 2008 a las 18:01

    Muy buen artículo, Omalaled. Se lo he dicho a una persona que está delante mío, lo ha leído, y también le ha parecido muy interesante este Galton.
    En fin.

    Resulta que en varias regiones españolas se usa con frecuencia (en algunas, en exclusiva) el «detrás mía», «delante suyo», etc, en vez de «delante de mí», etc.
    No es, por tanto, un error espantoso usarlo, sino más bien un localismo. Y en todas las regiones (por no hablar de nuestros amigos del otro lado del charco) hay localismos.

    Eso sí, gente perfecta, que habla y escribe siempre con la máxima corrección en toda circunstancia, como nuestro co-comentante, existe en todas esas regiones, y hasta el infinito y más allá.

    Seguro que en el mensaje del Voyager se deslizó algún localismo…

    Y sobre la adivinanza metereológica, tal y como lo has dicho, son sucesos independientes entre sí. O sea:
    Probabilidad de que llueva el sábado Y el domingo: 25%.
    Probabilidad de que llueva el sábado ó el domingo: 75%.
    Probabilidad de que el metereólogo se equivoque… Auuuhh!!! (como decía, años ha, Hermano Lobo)
    Salud

  15. #15.- Enviado por: omalaled

    El día 5 de febrero de 2008 a las 19:23

    Macluskey: muy buena. Sobresaliente 🙂

    Salud!

  16. #16.- Enviado por: hurakanpakito

    El día 6 de febrero de 2008 a las 10:20

    Solo por completar: la probabilidad de los sucesos no es independiente, se acumula. Lo que pasa es que no se acumula mediante la suma de las probabilidades por separado. El ejemplo equivalente es el de la moneda: 50% de probabilidad de que salga cara cada vez que la tiras. Si la tiro 2 veces, la probabilidad de que salga cara al menos 1 vez en la serie es del 75%, si la tiro 3 veces el 87.5% y así …
    (no.permutaciones-1)/(no.permutaciones)

    [permutaciones con repetición]

    Así que si el sábado hay 50% de probabilidad de lluvia y el domingo 50%, la probabilidad de que llueva durante el finde es del 75%.

  17. #17.- Enviado por: hurakanpakito

    El día 6 de febrero de 2008 a las 10:22

    Perdón, que no me he aclarado bien: la probabilidad es independiente para cada suceso, pero acumulativa para la serie. Ahora sí.

  18. #18.- Enviado por: Macluskey

    El día 6 de febrero de 2008 a las 10:51

    Y una última curiosidad metereológica:
    Si apostáis sistemáticamente que «mañana hará el mismo tiempo metereológico que hoy», a la larga ganaréis; esa probabilidad es ligeramente superior al 50% (creo recordar que era como del 53% o algo así…). O sea, que un metereólogo que se haya pasado toda la carrera en el bar jugando al mus, acertará más de la mitad de las veces si dice en sus pronósticos…
    «Mañana no habrá cambios significativos en el tiempo».

    Salud a todos

  19. #19.- Enviado por: David.

    El día 6 de febrero de 2008 a las 12:06

    Hola. Me temo que os equivocáis sobre lo del problema del tiempo. «Probabilidad de lluvia el sábado es del 50% y probabilidad de lluvia el domingo el 50%». No sucede que el 75% de los casos llueva el sábado o el domingo, porque no se cumple la suma de que la probabilidad total (de todos los sucesos) sea 100%. Existe la posibilidad de que no llueva ni sábado ni domingo, que es del 25%, como la de que sí llueva ambos días. Por tanto la probabilidad de lluvia o bien sábado o bien el domingo es del 50%.
    Lo he hecho un poco «con las manos», pero seguramente los más versados en estadísitica podrán aportar un teorema (¿quizá el de Bayes?).
    Saludos.

  20. #20.- Enviado por: hurakanpakito

    El día 6 de febrero de 2008 a las 12:44

    Lluvia = 1, sol = 0. Primera posición sábado, segunda domingo. Tenemos 4 permutaciones con repetición:
    0,0
    1,0
    0,1
    1,1
    En la primera no llueve ni el sábado ni el domingo. En las 3 restantes llueve al menos 1 día (O el sábado o el domingo o los dos). Lloverá por tanto en 3 de 4 posibles casos, y como todos los casos son equiprobables (50% para cada suceso y 25% para cada permutación) tenemos 3/4 = 25% + 25% + 25% = 75%.

    Cuanto mayor sea la serie más nos acercamos al 100% de probabilidad, sin llegar nunca a alcanzarlo del todo.

  21. #21.- Enviado por: Macluskey

    El día 6 de febrero de 2008 a las 13:38

    David: Hurakanpakito ha contestado muy bien, pero me atrevo a ir un poco más allá:

    En Lógica se usan dos operadores lógicos: el AND (Y) y el OR (o).
    La proposición a AND b es cierta si tanto a como b son ciertas simultáneamente.
    La proposición a OR b es cierta si a es cierta, b es cierta, O AMBAS COSAS.
    En la tabla de verdad que ha expresado Hurakanpakito, se ve claramente:

    Lluvia en sábado AND Lluvia en domingo sólo es cierta en el caso (1,1), o sea en uno de cada cuatro, es decir, el 25%.
    Lluvia en sábado OR lluvia en domingo es cierto en los casos (1,1), (0,1) y (1,0). Es decir, en tres de cada 4, o sea, 75% (esto es debido a que en el problema expresado por Omalaled, el caso 0 y el caso 1 son equiprobables).

    Por cierto, si hacéis el caso inverso (probabilidad de que no llueva ni el sábado ni el domingo, expresado como NOT(Lluvia en sábado OR Lluvia en domingo), es sólo el 25% (el caso (0,0)). Las Leyes de Morgan regulan las transformaciones siguientes:
    NOT (a AND b) ==> (NOT a) OR (NOT b)
    NOT (a OR b) ==> (NOT a) AND (NOT b)

    Como colofón final, el caso que has expresado (que llueva en sábado ó que llueva en domingo, pero no en ambos), es una operación denominada «OR lógico Exclusivo» o XOR, que se expresa con la fórmula:
    (a XOR b) ==> (NOT a AND b) OR (a AND NOT b), que es equivalente a:
    (NOT a OR NOT b) AND (a OR b)

    El álgebra de Boole regula toda la Lógica.
    Espero no haberme puesto excesivamente pesado, lo siento si así ha sido.

    Macluskey

  22. #22.- Enviado por: David

    El día 6 de febrero de 2008 a las 16:43

    Uups, cierto, no conté la posibilidaddel (1, 1), fallo mío, gracias por vuestra aclaración.

  23. #23.- Enviado por: LISA

    El día 7 de febrero de 2008 a las 00:19

    Yo esto lo estudié en la ESO y casi ni me acuerdo, pero creo que lo más simple es:
    – P(llueva los dos dias)=0.5*0.5=0.25
    – P(llueva el sabado si y el domingo no)=0.5*(1-0.5)=0.25
    – P(llueva el sabado no y el domingo sí)=(1-0.5)*0.5=0.25
    =>P(llueva en el finde)=0.25+0.25+0.25=0.75=>75%

    Siendo 0 no llueve y 1 sí llueve.

    Pero vamos, leyendo tu artículo 8que es lo importante), me he dado cuenta de la de tiempo que llevo desperdiciado! Me están entrando unas ganas de ponerme a contar cosas! Ya nunca me aburriré en el metro, Gracias Omalaled!
    jajajaja 😀

  24. #24.- Enviado por: LISA

    El día 7 de febrero de 2008 a las 00:25

    En mi comentario:
    Nºacentos omitidos: 4
    NºSignos mal: 4
    NºMayusculas/min. mal: 1
    TOTAL: 9 errores en mi comentario.
    Ay… ! 😀

  25. #25.- Enviado por: omalaled

    El día 7 de febrero de 2008 a las 00:36

    Macluskey y hurakanpakito: os habéis lucido. No estáis nada oxidados …
    David: queda claro, ¿no? 🙂
    LISA: no está nada mal. Y descuida: que yo las he cometido mucho peores.

    Salud!

  26. #26.- Enviado por: Raku

    El día 7 de febrero de 2008 a las 17:52

    (siguiente la contestación de omalaled a LISA)

    … todos nos acordamos del debate que se montó en la historia de las moscas mutantes, ¿verdad? 😛

  27. #27.- Enviado por: omalaled

    El día 7 de febrero de 2008 a las 17:57

    Jo … es que no me pasáis ni una … 🙂

  28. #28.- Enviado por: hurakanpakito

    El día 8 de febrero de 2008 a las 09:40

    Por cierto, soy yo el único que se imagina a Galton con colmillos largos, capa negra, monóculo y peinado a raya diciendo: «¡Veintisiete, veintisiete pinceladas! ¡¡Mmmmuahhhaahhhaaa!! 😛

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