¿Son inteligentes los pájaros? 2

Publicado el 3 de enero de 2018 en Curiosidades por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 6 minutos y 13 segundos

No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios.

Si buscáis esta frase por Internet veréis que tiene dos posibles fuentes: o bien Charles Darwin (1,2) o bien Leon C. Megginson, un profesor de marketing (1,2). comprar viagra sin receta online Independientemente de si fue uno u otro, la frase me da una excusa para seguir explicando cosas sobre la inteligencia de las aves. O al menos, algunas aves.

Los anfibios y reptiles que han logrado colonizar nuevos territorios también poseen un cerebro mayor que sus iguales con menos éxito. Insisto en este punto porque es crucial: no estoy diciendo un cerebro más grande y nada más, sino un cerebro mayor que sus iguales. Esto es lo que sucede en los mamíferos, incluido el Homo sapiens. Los científicos lo llaman buffer cognitivo.

Entonces, ¿qué ventajas tiene un cerebro mayor en proporción? Pues que sirve al animal de amortiguador frente a los cambios ambientales al permitirle adaptarse a nuevos recursos como probar nuevos alimentos, explorar nuevos objetos o situaciones. El gorrión, por ejemplo, es célebre por anidar en lugares inusuales, como travesaños, canalones, tejados, cafeterías… hasta surtidores de gasolina. Aparte, lo llenan de objetos curiosos, incluido colillas de cigarrillo. Son capaces de comer de todo, desde materia vegetal hasta insectos y muchos desechos humanos.

Son animales que curiosean mucho y lo más importante: son capaces de aprender cosas que pensaríamos imposibles en un animal, y menos de ese tamaño. Uno de los detalles más impresionantes que se conocen es lo que unos gorriones hicieron en una cafetería neozelandesa. Tenía una puerta que se abría de forma automática gracias a un dispositivo detector. Pues bien, los gorriones se posaban en la parte alta de la puerta e inclinaban la cabeza hacia delante y encorvaban el cuello hasta que ponían en marcha el dispositivo.

El biólogo que lo observaba estaba perplejo de lo que veía, pues no era una casualidad, sino que lo hicieron 16 veces en 45 minutos. El otro dato sorprendente es que hacía apenas dos meses que se había instalado aquella puerta, con lo que se tuvieron que dar cuenta de forma rápida de cómo funcionaba aquello. El detalle de la puerta se observó en otros puntos de Nueva Zelanda con una puerta que tenía dos sensores.

Los gorriones se alimentan en bandadas y parece ser un a ventaja, pues todo apunta a que los grupos grandes resuelven mejor y más rápidamente que las bandadas pequeñas. Los grandes grupos tienen más probabilidades de contener individuos brillantes, algunos de los cuales tengan mayor facilidad para resolver problemas. Lo mismo que en los grupos humanos.

Y también, como los humanos, los gorriones tienen cada uno su carácter y reaccionan diferente en función del individuo.

Con todo ello, no os sorprenderá si os digo que antes de 1850 no había gorriones comunes en Norteamérica, y lo que sucedió es que trajeron 16 ejemplares a Brooklyn en 1951 para controlar una plaga de polillas. Se comenta que luego se trajeron más, pero el éxito, sin duda, es de ellos. Hoy los podemos encontrar en EEUU, Canadá, Centroamérica y Sudamérica hasta la Tierra del Fuego, y en lugares tan dispares como el Valle de la Muerte, en California a 85 metros por debajo del nivel del mar y en las Montañas Rocosas de Colorado a más de 3.000 metros por encima del nivel del mar. También están en las selvas pluviales de Brasil, Europa, Asia, África y también en zonas como Finlandia, el Ártico, Sudáfrica y hasta la punta de Siberia.

Otras aves tienen otras adaptaciones curiosas. Investigadores canadienses descubrieron que los carboneros cabecinegros entonan su fibi a frecuencias más altas para que pueda oírse por encima de la cacofonía de las bajas frecuencias urbanas. Las ciudades son máquinas de aprendizaje para ellos y hacen, sin duda, a las aves más inteligentes. Las aves muy específicas de sus hábitats son las que más sufren ante los cambios. Las aves saben cuándo y dónde deben cantar. Algunas aves emplean frecuencias que sortean el ruido de los insectos y del tráfico, y las que viven cerca de los aeropuertos adelantan sus cantos del amanecer para evitar que se solapen con el ruido de los aviones.

Los carboneros poseen una memoria prodigiosa. Almacenan semillas y otros alimentos en miles de escondrijos distintos para comérselos más adelante. Son capaces de recordar dónde han puesto cada uno de esos alimentos hasta 6 meses después. Si tenemos en cuenta que su cerebro apenas duplica el tamaño de un guisante, sorprende bastante, ¿no? Pues más aún. Las chacras californianas no sólo recuerdan dónde han escondido sus botines sino qué guardaron en ellos y cuándo: insectos y gusanos se degradan pronto en temperaturas elevadas pero los frutos secos y las semillas pueden durar meses. Los alimentos perecederos deben consumirse antes. Y lo saben o, al menos, parecen saberlo.

Todavía nos preguntamos cómo definir la inteligencia de las aves y seguimos empleando principalmente criterios humanos. Nos cuesta evitar calibrar otras mentes por su parecido con la nuestra.

Los cuervos grandes de los Alpes austríacos tienen una gran memoria social y recuerdan a amigos queridos hasta tres años después de su separación. Y más aún: son capaces no sólo de recordar a otros córvidos, sino también seres humanos. Reconocen los rostros sin problemas, sobre todo cuando representan una amenaza. Los científicos les han intentado engañar cambiándose de ropa, usando kimonos, poniéndose pelucas, gafas de sol, incluso modificando su forma de caminar. John Marzhuff, un científico que se dedica a atraparlos y marcarlos, explicaba que los cuervos americanos lo detectan entre miles de personas y lo hostigan e increpan cada vez que lo ven y que incluso lo recuerdan durante años. En un estudio afirmaron que utilizan las mismas rutas neuronales y visuales que nosotros.

El mismo científico consiguió un grupo de colegas que, con una máscara, capturaran cuervos, mientras la gente sin máscara deambulara normalmente. Pasaron 9 años y los científicos volvieron a la escena del delito con las máscaras. Los cuervos se acordaban perfectamente, pero no sólo ellos reaccionaron, sino aves que no habían presenciado los actos originales también se sumaban al ataque. Y no sólo eso, sino que el hostigamiento se extendió a cuervos en un kilómetro a la redonda de las zonas originales.

Imaginad si hay aves hábiles capaces de adaptarse a las nuevas experiencias que en la década de los 1950 los páridos de Gran Bretaña aprendieron a abrir las botellas de leche. Al cabo de pocos años no había botella de leche que se resistiera en toda Gran Bretaña. Parece ser que hubo unos pocos focos iniciales y luego aprendieron unos de otros.

Gobekli Tepe

Foto, P. J. B. Slater, El comportamiento animal

También modifican ligeramente los comportamientos de forma local, dando continuidad a tradiciones locales, cosas que se pensaban exclusivas de los primates.

Parece ser que hay una correlación, en general en el reino animal y aplicado a cada especie que, a mayor cerebro, mayores interacciones sociales complejas. Este detalle también se da en las aves, pero cuando se estudió en detalle en las aves se vio que los cerebros más grandes no estaban las aves que iban en bandadas numerosas, sino en los que tenían grupos más reducidos y cohesionados. Al parecer, el dato que tiene que ver con el tamaño de su cerebro es la calidad de la relación y no la cantidad de relaciones lo que importa.

No obstante hay otras aves no tan hábiles como los vuelvepiedras rojizos. Son unas aves zancudas, que si no encuentran comida cerca de por donde andan llegan incluso a morir.

Ojo, eso no significa que haya especies listas y especies tontas. Las especies son como son por evolución y selección natural. Como decía el biólogo Gavin Hunt:

Si evolucionaras sin depredadores y encontraras alimento en el suelo que sólo tuvieras que picotear, tu cognición se centraría en detectar comida y picotearla con precisión, y no en buscar comida de manera oportunista.

Si encontramos una especie incapaz de adaptarse cuando llega el humano y la abandonamos a su destino como daño colateral del progreso humano sería, como afirmaba un científico:

Tener sólo pájaros como los gorriones en un ecosistema es como invertir sólo en valores bursátiles tecnológicos. Cuando la burbuja estalla, entonces pierdes.

Jennifer Ackerman, El ingenio de los pájaros.
P. J. B. Slater, El comportamiento animal.



Un comentario a '¿Son inteligentes los pájaros? 2'

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  1. #1.- Enviado por: Alana Godoy

    El día 21 de noviembre de 2018 a las 00:27

    Y por qué dicen cerebro de chorlito? solo por el tamaño? jajaja
    Como dicen, son curiosos y de esa manera aprenden. Que yo sepa los cuervos son una de las aves más inteligentes, porque pareciera que analizan la situación, aunque sabemos que no es literalmente un análisis. Es mi animal favorito y para los que no sepan muchos datos sobre él, les comparto un artículo de Bio https://www.bioenciclopedia.com/cuervo/

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