[Libro] Las 50 grandes masacres de la historia
Ya es el tercer libro que os comento de Jesús Hernández. Los anteriores los tenéis en 1 y 2. El ser humano es encantador y un ser superior en la Naturaleza. Eso es lo que se desprende de las páginas de este libro. Supongo que habéis captado la ironía, porque lo que realmente se concluye es que estamos muy lejos de ser seres racionales, amables y atentos por el prójimo. Y no me habléis de excepciones, pues las masacres han sido (y son) la norma a lo largo de la Historia y los princiales motivos suelen ser de tipo religioso, de conquista o terrorismo.
Trata todo el rango histórico posible, desde masacres del año 1.500 a.C. hasta épocas tan recientes como el 2007. Así que, desgraciadamente, habrá segundas partes de este libro en un futuro. Por supuesto, cuanto más tiempo hace de la masacre, más disparidad acostumbra a haber en las fuentes. Por ejemplo, la orden de Herodes de matar a niños es harto destacada en el Evangelio de San Mateo. Sin embargo, el historiador Flavio Josefo (37-101), en su Historia de Judea, no hace referencia a ninguna matanza de niños. Por otro lado, durante la Edad Media los escritores cristianos especulaban con el número de bebés asesinados osciló entre 3.000 y 15.000 aunque el censo ordenado de la época por el gobernador romano Quirino cifraba los habitantes de Belén en no más de 800 habitantes. Como veis, la batalla de las cifras en los grandes eventos no es sólo cosa del presente.
Narra la primera derrota de los romanos a cargo de Arminio, líder de la tribu de los queruscos. Lo que se llama masacre no es ya de la lucha en sí, sino de los que quedaron vivos o intentaron huir, que fueron cruelmente sacrificados o quemados vivos. Uno de los jóvenes oficiales que escapó se llamaba Casio Querea, que pasó a la posteridad por matar al emperador Calígula. La derrota fue tan traumática para los romanos que los números de aquellas tres legiones (XVII, XVIII y XIX) no volvieron a ser utilizadas en toda la historia militar del Imperio romano.
Pero hay otras: los pretorianos cerraron el circo de Tesalónica cuando estaba lleno de gente y asesinaron a todos los espectadores. Como relataría Teodoreto: Como en la cosecha de las espigas, fueron todos segados a la vez. La matanza duró cuatro horas.
La descripción de una matanza de los cruzados por parte de Raimundo de Aguilers nos hace ver cómo eran esas matanzas:
Maravillosos espectáculos alegraban nuestra vista. Algunos de nosotros, los más piadosos, cortaron las cabezas de los musulmanes; otros los hicieron blancos de sus flechas; otros fueron más lejos y los arrastraron a las hogueras. En las calles y plazas de Jerusalén no se veían más que montones de cabezas, manos y pies. Se derramó tanta sangre en la mezquita edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba hasta las rodillas.
Habla de la matanza de San Bartolomé, en 1572. Los protestantes murieron a manos de los cristianos en una masacre que duró varios días. Mujeres y niños fueron arrastrados por las calles, pasados por la espada y sus cuerpos arrojados al Sena; y averiguamos por qué Oliver Cromwell es tan odiado en Irlanda, ya que su reconquista se saldó con la muerte o exilio de entre el 15 y el 20 por ciento de la población irlandesa. Para muchos, esas acciones serían calificadas hoy como crímenes de guerra o genocidio.
También habla de las matanzas que los blancos infligieron a los indios. En 1864, el coronel Chivingon diría: Los cheyenes serán severamente castigados, o completamente eliminados, antes de que se queden callados para siempre. Yo digo que si alguno de ellos son sorprendidos fuera de su área, lo único que se puede hacer con ellos es matarlos; y en otro discurso dijo: Hay que matar y cortarles la cabellera a todos, grandes y pequeños. El incluir a los niños en esa política respondía a que las liendres se transforman en piojos.
Pues este encanto de hombre atacó a una aldea de indios pacíficos cuyos hombres estaban cazando bisontes en el momento de la masacre. Aunque izaron la bandera blanca al oír cómo se acercaban, Chivington ordenó el ataque al campamento desprotegido. Mataron a mujeres y niños, a los bebés en manos de sus madres, incluso un testigo afirmó ver a una mujer india embarazada a la que habían abierto el vientre de arriba abajo y con el feto a su lado. Los atacantes descabalgaban para mutilar y cortar las cabelleras a las víctimas. Ya lo había advertido: Estoy completamente satisfecho con la idea de que matarlos [a los indios] es la única forma en que tendremos paz y tranquilidad en Colorado, o Voy a matar indios y creo que es justo y honorable usar todos los medios que Dios ha puesto a nuestro alcance para matar indios. Este Dios debía ser un traficante de armas, sin duda.
Claro que cuando los indios pillaban a los conquistadores no se andaban con contemplaciones. En Fort Kearney, «La Colina de la Masacre» (1866), el oficial que recogía los testimonios escribió: Ojos arrancados y abandonados sobre las rocas; narices y orejas cortadas, mandíbulas tronchadas, dientes arrancados, cerebros sacados y colocados en rocas, entrañas extraídas y expuestas, manos amputadas, pies cortados, brazos arrancados, partes pudendas arrancadas. Ojos, bocas y manos atravesadas por lanzas. Cráneos cercenados de todas las maneras posibles, músculos de piernas, muslos, estómagos, pechos, brazos, arrancados de su sitio.
Durante el invierno, los indios se resguardaban del frío y era el momento en que los americanos, al mando de Custer, decidieron atacar. Se abalanzaron sobre el poblado. Una mujer tenía en sus brazos a un niño blanco de unos 10 años procedente de un rapto. Cuando los soldados acudieron a salvarlo, ella lo mató al instante. Aunque la mayoría de los que murieron fueron mujeres y niños, lo consideraron como una gran victoria militar.
No sería la única. Después de algunas frustraciones y fracasos en encontrar una determinada tribu de indios, el comandante Baker decidió atacar un campamento vecino. No tenía nada que ver con el anterior; al contrario: mantenía relaciones amistosas con los blancos. La mayoría de los guerreros estaba cazando y los soldados americanos arrasaron el poblado. El jefe, llamado Corredor Pesado, resultó muerto en el momento en que salía de su tienda con una bandera estadounidense que le había sido entregada por el ejército para asegurar que nunca sería atacado. El campamento fue totalmente incendiado y murieron todos los ancianos, recién nacidos y heridos. La única baja de los americanos fue el teniente Doan, que había caído de su caballo y se babía roto una pierna, para morir más tarde por una infección.
El general Sheridan mostró todo su apoyo a Baker e hizo todo lo posible por frenar la investigación. Sheridan, a su vez, contó con el apoyo del general William Sherman, el gran héroe nordista de la guerra civil, quien mintió a la prensa asegurando que la mayoría de victimas de aquel ataque eran guerreros armados. Nunca se emprendió una investigación oficial y la historia ha acabado por ignorar el episodio.
Como ya podréis intuir, intentar engañar a la población de las acciones del ejército es la regla y no la excepción, y sigue siendo algo muy actual. En la masacre de Wounded Knee, en la que murieron 320 sioux, el ejército llegó a condecorar a a los soldados del Séptimo de Caballería, pero los relatos en los que se explicaba la matanza de mujeres y niños y las fotos aportadas arrojaron dudas sobre la actuación del Ejército.
También narra una masacre que había sido adjudicada a las SS hasta 2001, cuando se supo que había sido cometida por los propios vecinos del pueblo. Habían convivido judíos con no judíos, pero cuando hubo la ocupación por las tropas alemanas, los no judíos salieron con hachas, machetes y cuchillos dispuestos a asesiar a quienes habían compartido la aldea con ellos hasta ese momento. Hicieron la matanza con tal entusiasmo que los alemanes proyectaron las imágenes en salas cinematográficas para demostrar que la persecución contra los judíos polacos procedía de la propia población polaca. El clero católico del pueblo no hizo nada por impedir que sus fieles participasen en la masacre.
Pero los alemanes en la Segunda Guerra Mundial tampoco se quedaron cortos. Hitler dio la orden de acabar con el pueblo de Lídice en venganza a un atentado contra el hombre de confianza de Himmler: Reinhard Heydrich. Fue totalmente destruido. El Daily Telegraph escribió: Una cosa tan horrenda no había ocurrido desde la Edad Media. También son destacables las masacres sobre los prisioneros a manos de los alemanes cuando los aliados ya estaban cerca. Al ver las zanjas y los cuerpos quemados, un soldado afirmó: Nunca estuve tan seguro antes de por qué exactamente estábamos luchando. Antes de esto, hubiera dicho que estas historias eran propaganda, pero ahora, después de ver los cuerpos de los que allí habían sido asesinados, uno sabe que no lo eran.
Una de las conclusiones que se extrae después de leer todas estas cosas es que los culpables casi nunca pagan. Y a alguno lo condecoran, como a Menahem Begin quien, encima, se llevó el Premio Nobel de la Paz de 1978. Tampoco juzgaron al falangista libanés Elie Hobeika, considerado el responsable material de la matanza de Sabra y Chatila; o también perdonan como hicieron con las guerrillas que habían llevado a cabo la masacre de Sidi Rais en fechas tan recientes como 1997.
Y también habla de ocasiones más famosas, como la de el asalto de los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, la de los escolares de Beslán o la de My Lai.
Como afirma el autor:
El que los instigadores o los autores de una masacre acaben pagando su culpabilidad es, lamentablemente, una excepción histórica. Podríamos decir que, paradójicamente, cuanto mayor es el número de personas asesinadas, menores son las probabilidades de que los criminales comparezcan algún día ante la justicia.
El epílogo del libro, que os copio aquí, da para pensar un buen rato. En general, está muy bien, aunque puede, en mi opinión, herir la sensibilidad de algún lector. Apto para todos los públicos.
Título: Las 50 grandes masacres de la historia.
Autor: Jesús Hernández
El día 7 de mayo de 2011 a las 08:29
Jolines el epílogo es mortal. Bueno y todo el contenido también. Muy interesante aunque dudo que resistiera leer los pasajes más sanguinarios, que parecen todos, glups.
El día 7 de mayo de 2011 a las 10:15
Pittigrilli en su libro «La gran impúdica» dedica uno de los capítulos a un periodista que se enrola en una guerra para tratar de entender cómo pacíficos padres de familia se pueden transformar en sanguinarias máquinas de matar. Al final el periodista se pregunta cómo sanguinarias máquinas de matar pueden vivir como pacíficos padres de familia durante los periodos de paz.
El día 7 de mayo de 2011 a las 15:43
Lo más terrorífico es pensar que muchas de estas muertes se deben únicamente a una representación desenfocada de la realidad. Desenfocada, por supuesto, en una época en la que la ignorancia supina era la bandera de todos estos «salvadores». Por otro lado, el hecho de que la inteligencia sea lo que nos diferencia de los demás animales, no significa que sea esperable que la usemos de mejor manera, como se puede ver todos los días por televisión.
Saludos.
El día 8 de mayo de 2011 a las 19:40
No te leo el post – todavía -que me estoy leyendo el libro y me haces spoiler
XD
Saludos
El día 9 de mayo de 2011 a las 13:28
Escalofriante artículo. Seguramente termine leyendo a este autor, lo pintas muy interesante.
El día 9 de mayo de 2011 a las 16:15
No se si sale en el libro, pero añado una masacre bastante desconocida, la matanza de No Gun Ri http://revcom.us/a/v21/1020-029/1029/korea_s.htm
El video de la historia solo lo he encontrado en aleman: http://www.veoh.com/watch/v15623055jXX248bq
El día 10 de mayo de 2011 a las 12:31
Con respecto a como gente «normal» se puede convertir en un monstruo os recomiendo El miedo a la libertad de Erich Frömm, algo desfasado pero aporta ideas muy interesantes
El día 10 de mayo de 2011 a las 20:36
Nn, no sé cuáles serán las causas que escribió Erich, pero Ortega y Gasset lo resumió magistralmente en su «yo soy yo y mis circunstancias».
Saludos.
El día 10 de mayo de 2011 a las 21:02
Gracias a todos por los comentarios.
cyllan: El libro es realista, por lo que cuenta algunos pasajes que, como he dicho, pueden herir la sensibilidad del lector; pero no es malo saber de qué somos capaces los humanos. Es interesante y digno de estudio psicológico.
Edna Krabappe: ¿está bien ese libro? ¿me lo recomiendas? ¿de qué va?
KC: debes pensar que nuestros cerebros no han tenido tiempo de adaptarse evolutivamente a la sociedad que tenemos ahora. Tenemos emociones ancestrales que nos cuesta mucho reprimir muchas veces. Hay un maravilloso libro totulado Kluge, de Gary Marcus que habla de ello.
panta: disfrútalo 🙂
Jorge: lo recomiendo. Todos sus libros son buenos, detallados, con bibliografía y rigurosos.
uerdo de ella.
RIPIO: pues no… esa no la explica y la verdad es que la desconocía. Gracias por el apunte.
nn: tengo ese libro en casa, pero no me daba la sensación de que fuera muy interesante… intentaré cogerlo un día.
Salud!
El día 11 de mayo de 2011 a las 21:21
Omalaled, para nada, soy perfectamente consciente de la psicobiología y de la psicología evolutiva. Sólo respondía a lo que decía Nn sobre pasar de ser «normal» a ser un monstruo. En ese proceso seguro que hay mucho de biográfico, y mucho de circunstancial, como bien expresó Ortega. Exceptuando psicopatías y demás trastornos, no creo que nadie se convierta en un «monstruo» porque le apetezca, sino por una serie de datos que, como bien sabes tú que cuentas muchas anécdotas «ocultas», pueden influir en las decisiones, la voluntad y las «intrahistoria» de los sujetos. Aparte de mucha ignorancia y mucho miedo, claro.
Saludos.
El día 13 de mayo de 2011 a las 14:49
«la orden de Herodes de matar a niños es harto destacada en el Evangelio de San Mateo»
Omalaled, los expertos en el Nuevo Testamento (incluidos los católicos) han llegado a la conclusión de que todo lo que cuentan los Evangelios sobre la infancia de Jesús es legendario, o sea, un cuento chino. Y eso incluye la famosa matanza de niños atribuida al rey Herodes.
«matanza de San Bartolomé, en 1572. Los protestantes murieron a manos de los cristianos»
Querrás decir que los ‘cristianos’ protestantes (en concreto eran hugonotes, es decir, protestantes franceses) murieron a manos de los cristianos ‘católicos’.
Saludos
El día 14 de mayo de 2011 a las 17:58
Rawandi, sigues siendo mi animista preferido 🙂 Qué casualidad verte por aquí.
Totalmente de acuerdo con tu segundo párrafo, pero, con respecto al primero, ¿dónde has visto que los «expertos católicos» digan que el Nuevo Testamento es un cuento chino? ¡Enlaces, por favor!
Saludos.
El día 15 de mayo de 2011 a las 21:47
Esta noche no podré dormir… a partir de ahora, en mi universo, la humanidad ocupará un lugar muchísimo más terrible. Efectivamente, Fromm fue un gran intelectual e estoy familiarizado en parte con su obra general, y lo de Ortega y Gasset… no se pueden justificar de ningún modo estas cosas, salvo en legítima defensa propia, pero a cualquier persona, si le das un escenario propicio a que no pueda ser «pillado», un hacha, y cualquier persona que le hubiera caído mínimamente mal…
A ver si nos extinguimos de una vez
El día 16 de mayo de 2011 a las 16:00
Hola KC, yo no creo en ‘almas separables de los cuerpos’. Por tanto, no soy «animista» sino justamente lo contrario: soy antianimista.
Hans Urs von Balthasar, célebre teólogo católico del siglo XX, escribió en 1980 un librito titulado «¿Nos conoce Jesús? ¿Lo conocemos?» en el que denunciaba a los «teólogos católicos capaces de soportar esta postura esquizofrénica de recomendar a sus alumnos que mantengan su fe católica (que presupone esta figura [el Cristo de la fe]) a la vez los someten a un ‘saber’ desmembrador del conocimiento de la fe” (pp. 73-76). Y entre las enseñanzas desmembradoras de la fe «que circulan actualmente por la exégesis y la teología católica», von Balthasar incluía la siguiente:
«La historia de la juventud de Jesús es, por supuesto, legendaria. Puede tener un cierto valor teológico, pero carece de todo peso histórico. ¿Y por qué no habría de tener Jesús hermanos y hermanas carnales, cosa que por otra parte, parece sugerir el sentido literal de los textos? (Con lo cual los dogmas marianos caen por tierra).»
Para más información, te recomiendo el blog de Antonio Piñero, uno de los mejores expertos en el N.T. que tenemos en España.
http://blogs.periodistadigital.com/antoniopinero.php/2011/05/03/inos-conoce-jesus-ilo-conocemos-sobre-el
El día 16 de mayo de 2011 a las 19:17
Luismi, más allá del caso concreto, lo que quería decir Ortega es que todos somos producto de una suma de circunstancias fácticas que nos van perfilando como individuo… no está diciendo que alguien tenga que cometer un homicidio porque tenga las circunstancias propicias, eso es otra cosa, generalmente llamada asesinato cuando además uno lo premedita.
Rawandi, y yo estaba siendo irónico… sólo faltaría, a estar alturas, saber qué eres y que no, después de determinados debates en otro blog… deberías conocer mi gusto por el sarcasmo 😉
Huelga decir que vaya toda mi admiración para un católico que es capaz de escribir lo que pusiste, porque al menos se atreve a dudar. Pero de expertoS hemos pasado a experto (no creo que sean más de 3 en todo el mundo, vamos…).
Saludos
El día 17 de mayo de 2011 a las 15:03
KC, los teólogos católicos, igual que los teólogos protestantes, se dividen en dos clases: los fundamentalistas y los «esquizofrénicos». Los primeros rechazan las conclusiones alcanzadas por la crítica bíblica moderna, mientras que los segundos las aceptan.
Von Balthasar pertenecía al sector fundamentalista del catolicismo, pero su testimonio demuestra que ya en 1980 había muchos teólogos católicos esquizofrénicos.
Otra prueba de la gran difusión de la «esquizofrenia» entre los teólogos católicos la tienes en el jesuita Juan Mateos, uno de los mayores biblistas españoles, que en sus clases en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (o sea, ante las propias narices de los gerifaltes del Vaticano) defendía ideas como las siguientes:
«Del nacimiento, vida y muerte del profeta Jesús de Nazaret no se sabe prácticamente nada. Sólo que lo crucificaron y que murió. Y que años más tarde unos grupos que se llamaban cristianos apelaban a Jesús como a un personaje que no había muerto para siempre»
«los Evangelios no son una biografía (…) Por eso nada sabemos ni de lo que Jesús sabía ni de lo que hizo ni de lo que amó. Nada en absoluto sobre su vida afectiva o sexual».
«Por no saber, no sabemos ni dónde nació. Yo personalmente no creo que naciera en Belén. Y todo lo que rodea la narración de su nacimiento con los magos, el pesebre, la matanza de los inocentes, etcétera, pertenece al simbolismo. Es una manera teológica de explicar su vida».
«De su muerte lo único cierto es que lo crucificaron por subversivo. De lo demás no sabemos nada (…) [Sobre las apariciones como resucitado] No hay nada histórico.»
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Preguntas/respuesta/muerte/Cristo/elpepisoc/19940401elpepisoc_8/Tes
¿Necesitas más pruebas?
El día 17 de mayo de 2011 a las 17:36
No, desde luego son suficientes. Me sigue pareciendo curiosa la «esquizofrenia» que comentas, aunque sigo pensando que en términos porcentuales no creo que supere el 0’1% de todos los teólogos cristianos que pueda haber en sus diferentes ramificaciones (pero sí, pueden ser más de tres).
Lo curioso de todo esto es que estos «esquizofrénicos» que dices son exegetas que rozan lo literario en el sentido de que cualquier experto en literatura entiende que estos textos obedezcan más a lo literario que a lo histórico o biográfico. No deja de ser una cosa curiosa ese reconocimiento, porque negar la Resurrección sería prácticamente negar cualquier relación con un posible Dios. La posturas de éstos vendría a ser la de cualquier profesor de literatura que tuviera conocimientos históricos.
Otra cosa que me ha llamado la atención, y apelando a tu conocimiento sobre estos temas: ¿a qué texto se refiere el mencionado cuando dice que lo único que se ha demostrado es que Jesús fue crucificado?
Saludos.
El día 18 de mayo de 2011 a las 15:02
“la “esquizofrenia” que comentas no creo que supere el 0’1% de todos los teólogos cristianos”
Hombre, yo diría que el porcentaje, sin dejar de constituir una minoría, es bastante mayor que eso, pues muchas iglesias protestantes son teológicamente ‘liberales’ (o sea, que son abiertamente esquizofrénicas). Y dentro del catolicismo ocurre algo parecido, a juzgar por los continuos casos de teólogos liberales (por ejemplo, Juan José Tamayo) que son censurados por el ex Santo Oficio.
“cualquier experto en literatura entiende que estos textos obedezcan más a lo literario que a lo histórico o biográfico.”
La clave es esta: El Nuevo Testamento es por encima de todo una obra ‘teológica’, escrita para defender tesis teológicas. Los datos históricos que incluye siempre están supeditados a los intereses teológicos de los autores.
“¿a qué texto se refiere el mencionado cuando dice que lo único que se ha demostrado es que Jesús fue crucificado?”
La crucifixión de Jesús es un dato que no beneficiaría en nada a su grupo de seguidores sino más bien todo lo contrario, pues según la tradición judía el Mesías no tenía que morir crucificado. Por tanto, la crucifixión de Jesús adquiere una altísima verosimilitud. La crítica bíblica denomina a esta circunstancia “criterio de dificultad”.
Saludos.
El día 18 de mayo de 2011 a las 23:07
La clave es esta: El Nuevo Testamento es por encima de todo una obra ‘teológica’, escrita para defender tesis teológicas. Los datos históricos que incluye siempre están supeditados a los intereses teológicos de los autores.
No esperaba lo contrario, desde luego. Incluso el Antiguo, visto desde el análisis literario, es una magna obra de arte con sus diálogos, sus protagonistas y antagonistas, sus milagros, su suspense, citas hiperbólicas, su inicio, nudo y desenlace, etc. Vamos, que quienes lo escribieran no eran meros aprendices…
Saludos.
El día 9 de junio de 2011 a las 17:52
Excelente artículo y un tema que da qué pensar. En mi opinión las matanzas no se van a acabar al menos a corto plazo, es increiblemente fácil que una pequeña chispa (nos) convierta en asesinos de la noche a la mañana.
Por otro lado, me ha hecho mucho «daño» el leer «También son remarcables las masacres…». «Remarcable» no existe en castellano, supongo que lo has cogido directemente del inglés «remarkable» que significa «extraordinario».
A mí también me pasa que muchas veces utilizo palabras inglesas sin querer.
El día 9 de junio de 2011 a las 18:56
Laertes: me dejas parado con eso, porque lo desconocía. No obstante, el verbo remarcar existe en la RAE y la palabra remarcable existe en el wordreference y es de Espasa. Si sabes de algún artículo donde se diga inequívocamente que es incorrecta, tomaré nota, pero creo (no soy un lingüista) que su utilización es correcta.
Salud!
El día 10 de junio de 2011 a las 13:46
remarcar. 1. Verbo procedente del francés remarquer, existente también en otras lenguas como el catalán (remarcar) y el inglés (to remark), que se emplea con frecuencia en español con los sentidos de ‘destacar o hacer notar’ y ‘recalcar’: «El concepto […] contiene en sí mismo tres implicaciones que me parece significativo remarcar» (Bucay Cuentos [Arg. 2002]); «—Ese niño está perdido… —musitó el Viejo, remarcando las palabras como una confesión y una amenaza» (MDíez Oscurecer [Esp. 2002]). Su uso está asentado hoy en todo el ámbito hispánico y se considera aceptable.
2. El galicismo remarcable (del fr. remarquable) se introdujo en español a fines del xvii y se usó con cierta frecuencia durante los siglos xviii y xix. A diferencia de lo ocurrido con el verbo remarcar, su empleo es hoy escaso y achacable en gran parte al influjo del inglés remarkable, por lo que se considera preferible el uso de los equivalentes notable o destacable, más propiamente españoles.
Es curioso como se lía la Academia la manta a la cabeza….
Saludos.
El día 10 de junio de 2011 a las 14:45
KC: bueno, he cambiado remarcable por destacable 🙂
Salud!
El día 10 de junio de 2011 a las 17:09
Omalaled, particularmente me es indiferente la palabra que quieras usar. Lo que me parece curioso es que re-marcar debería ser algo así como «marcar con fundamento», «marcar con contundencia», etc, ya que simplemente se añade el afijo «re-» a «marcar» para el que parece que no hay discusión, por lo que, independientemente de su origen, remarcable debería entenderse sencillamente como algo que se puede marcar con intensidad, desde la acepción de algo que hay que destacar, subrayar, o incluso enfatizar. Aunque supongo que puede sonar mejor o peor, eso sí. Y supongo que ese sonar mejor o peor dependerá de si uno maneja diferentes idiomas con palabras parecidas.
La verdad es que su uso no es muy notable 😉 Pero creo que el concepto es muy lícito, porque es altamente entendible, que es el último fin del lenguaje.
Saludos.
El día 10 de junio de 2011 a las 19:57
Veo que ya lo habéis resuelto y veo también que he metido la pata por bocazas. Mis disculpas, no volverá a suceder… espero 😉
El día 10 de junio de 2011 a las 20:12
Laertes: eso no es una metedura de pata, sino una puntualización. Además, mira por dónde, hemos aprendido algo de etimología sobre una remarcable palabra . 🙂
Salud!
El día 11 de junio de 2011 a las 00:23
Laertes, yo tampoco veo que hayas metido la pata. Más bien es justo lo que decías, aunque no es una prohibición absoluta o preceptiva, sino más bien relativa o discrecional.
Saludos.
El día 12 de junio de 2011 a las 09:20
Sois demasiado amables… pero sí, hemos aprendido algo 🙂
El día 6 de agosto de 2011 a las 15:33
Agrego uno más aunque no sé si saldrá en el libro:
http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Alfredo_Garavito
http://www.youtube.com/watch?v=CbHCdrNAFA0
http://www.youtube.com/watch?v=7BIfIBqAspk
http://www.youtube.com/watch?v=vSHYfR1-0YY
http://www.youtube.com/watch?v=1dh0srCNa6U
http://www.youtube.com/watch?v=OTnenr45rEA