Stanislaw Ulam y el método Montecarlo

Publicado el 23 de mayo de 2005 en Historias de la ciencia por omalaled
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Imaginad que tenemos un problema que nos plantea un montón de ecuaciones de imposible o muy larga resolución. Por ejemplo, una partícula, que choca con otra, sale rebotada, choca con una tercera, y así sucesivamente, con diferentes ángulos y probabilidades. Si en vez de intentar resolverlo por los métodos convencionales simulamos partículas envidas al azar y analizamos los resultados, obtendríamos un patrón de comportamiento. Programemos esto en un ordenador y se acabó el problema.
 
Esto es lo que se le ocurrió a un genial matemático llamado Stanislaw Ulam poniéndola en práctica con la posterior colaboración de John von Neumann. Lo llamaron método llamado Montecarlo y se emplea mucho hoy en la construcción de modelos de probabilidad. El método Montecarlo fue bautizado así en referencia a un pariente de Ulam, que siempre estaba dando vueltas por las ruletas de su casino cuya construcción fue propuesta en 1856 por el príncipe Carlos III de Mónaco e inaugurado en 1861. Desde entonces, el casino y sus anexos, incluyendo un teatro de la Ópera, contribuyen con muchos ingresos al estado de Mónaco.
 
Ulam fue niño prodigio. A la edad de 10 años se interesó por la astronomía y por la física. Un tío suyo le regaló un telescopio a los 12 años intentó entender la teoría especial de la Relatividad de Einstein. A los 14 años estudió matemáticas de los libros yendo mucho más allá que el nivel de matemáticas que aprendía en la escuela. Vamos, un fenómeno.
 
Las aplicaciones actuales de su método Montecarlo se extienden a campos científicos y técnicos tan variados como son los de la física estadística, biología molecular, genética, redes de información, telecomunicaciones o finanzas. Algunas de las diversas variantes del método Montecarlo se han aplicado a numerosos y diferentes problemas relacionados con temas como la magnitud de las emisiones de rayos cósmicos, tamaño crítico de los reactores nucleares, difusión y movimiento browniano, paso de líquidos a través de sólidos, propiedades de retículos poliméricos o no, características de los recipientes necesarios para el transporte de neutrones, aplicaciones de la teoría de colas a problemas comerciales como almacenamiento, sustitución y mantenimiento de equipos, gestión de seguros, etc.
 
Lo más curioso es que se le ocurrió a Ulam en 1946, jugando al solitario. Nos lo explica con sus propias palabras:
 
Después de pasar mucho tiempo tratando de estimar las probabilidades de una combinación particular de cartas con cálculos puramente combinatorios, me pregunté si repartir las cartas unas, digamos, cien veces, no sería un método más práctico que el pensamiento abstracto por sí solo.
 
Tenía un gran sentido del humor. Una de las frases que dijo alguna vez fue: El primer signo de senilidad es que un hombre olvide sus teoremas, el segundo signo es que se olvide subirse el cierre de su pantalón. El tercero es que se olvide de bajarlo.
 
Pero la mejor de todas fue cuando padeció una encefalitis. Estando en coma le administraron antibióticos y abrieron un orificio en su cráneo para aliviar la presión. Logró recuperarse y al despertar: El cirujano probó sus facultades mentales:
 
– ¿Cuánto suman 8 y 13?
Ulam sacudió la cabeza. Entonces el médico preguntó:
– ¿Cuál es la raíz cuadrada de 20?.
Ulam instantáneamente contestó:
– Aproximadamente 4,4.
El médico respiró con alivio permaneciendo en silencio. Al ver esto Ulam preguntó:
– ¿No es correcto?
Y el médico le respondió sonriendo:
– No lo sé.
 
Más tarde que no se había atrevido a contestar la primera pregunta de pura vergüenza. «Que me hiciera justamente esa pregunta me dio tanta vergüenza que simplemente sacudí la cabeza.»
 
No obstante, no creáis que Ulam se limitó a proponer el método Montecarlo. Fue además quien demostró a Edward Teller que su idea para construir la primera bomba de hidrógeno no funcionaría y qué era lo que se tenía que hacer. Pero eso ya es otra historia
 
Fuente:
«El hombre que sólo amaba los números», Paul Hoffman



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