Los premios Ig® Nobel

Publicado el 16 de agosto de 2008 en Libros por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 7 minutos y 50 segundos

El libro que os quiero comentar hoy trata de los premios Ig® Nobel. Cada año se entregan 10 de ellos a personas cuyas proezas «no se pueden o no se deben reproducir». Hacen honor a personas que han hecho tonterías sorprendentes, unas admirables y otras, quizá, todo lo contrario. O bien provocan la risa o bien la incredulidad.

Las nominaciones pueden venir de cualquier parte. De hecho, llegan varios miles de nominaciones al año. Uno, hasta puede nominarse a sí mismo, como el que lo hizo un equipo noruego que, finalmente, se lo llevó por estudiar los efectos de la cerveza, el ajo y la vinagreta en el apetito de las sanguijuelas (parece que, realmente, se utilizan en medicina… algún médico que me lo confirme, por favor).

Los ganadores deben pagar su propio viaje, si es que quieren asistir y, si no tienen recursos económicos o su agenda no se lo permite, envían un discurso. Los que acuden reciben una calurosa bienvenida. La primera vez que se entregó se hizo en 1991 en el MIT e invitaron a cuatro auténticos y genuinos premios Nobel. Los cuatro vinieron con gafas al estilo Groucho Marx, fajines, boinas y otros atuendos que incitaban a la risa. La ceremonia tuvo tanto éxito que al año siguiente se tuvieron que desplazar al auditorio más grande del MIT.

Después de la ceremonia de 1994, un funcionario del mismo MIT intentó prohibir el evento. Los organizadores, casi riéndose, se desplazaron tres kilómetros al Sanders Theatre, el auditorio más antiguo, más grande y más señorial de la Universidad de Harvard.

A partir de la segunda celebración se estableció la costumbre, por parte del público, de lanzar aviones de papel durante todo el desarrollo de la misma a la gente del escenario y estos a devolverlos. El volumen es tal que nombran a dos personas para que los recojan continuamente. De lo contrario, sería imposible caminar por el escenario.

Cuando se dieron cuenta que la ceremonia se alargaba más de lo normal, introdujeron a una adorable niña de 8 años que, en cuanto pasaban 30 segundos del discurso de algún galardonado, se acercaba al atril, le miraba fijamente y le decía: Me aburro. Pare, por favor. Me aburro. Pare por favor… y así hasta que el locutor desistía de seguir hablando.

Sir Robert May, un consejero científico del gobierno británico pidió a los organizadores que dejaran de otorgarlos a científicos británicos aunque los propios científicos lo aceptaran. La queja fue por el premio que le dieron a tres científicos noruegos «por haber realizado un riguroso análisis del esponjoso cereal del desayuno».

La respuesta fue una publicación cuyo título fue Nos da la risa. Al año siguiente se lo concedieron a Robert Matthews, de la Universidad de Aston por demostrar que las tostadas suelen caer sobre la cara untada en mantequilla.

A partir de toda esta introducción se da un repaso a los diferentes Ig® Nobel que se han repartido, explicando en qué consistía, en si vinieron al evento o alguna anécdota curiosa o simpática relacionada con el galardonado. Y es que los galardonados se lo han llevado por experimentos u otros actos que… bueno, en fin, juzgad vosotros mismos:

Por demostrar la ineficiencia de las descargas eléctricas en la cara para combatir el envenenamiento por la mordedura de una serpiente de cascabel; de cómo es posible que la gonorrea se contagie a través de una muñeca hinchable (finalizado el discurso, un profesor de Harvard dijo: Hoy he aprendido algo y en palabras del galardonado: cuando uno se acuesta con una muñeca hinchable, se está acostando con todos los que, a su vez, se han acostado con esa muñeca hinchable); un estudio sobre hurgarse la nariz, en el que el 17% de los encuestados afirmaron tener un problema de narices, pero el galardonado sentenció: Hay quien mete la nariz en los asuntos de los demás. Yo me ocupé de meter mis asuntos en las narices de los demás; de un serio estudio sobre el regocijo donde las características eran risas, chillidos, hiperactividad o cualquier combinación de ellos.

También se lo dieron a Lee Kuan Yew, un exministro de Singapur por querer educar a la población y aplicar el condicionamiento negativo prohibiendo a la población mascar chicle y dar de comer a las palomas (no asistió a la ceremonia); a un estudio sobre la incompetencia debido a un tal McArthur Wheller que atracó un banco pensando que era invisible por llevar zumo de limón; o a Nick Lesson, galardonado con el Ig® Nobel de economía, por poner en bancarrota al Barings Bank y hoy gana 100.000 dólares por advertir al público sobre la necesidad de que las empresas se sometan a unos controles más estrictos; al Parlamento de Taiwan se le dio el Ig® Nobel de la Paz por demostrar sus artes democráticas a puñetazos en el parlamento e incluso recibieron la felicitación del Dalai Lama (premio Nobel de la Paz de verdad) quien les dijo: «¡Muy bien!»; otro Ig® Nobel de la Paz a los dos que diseñaron un antirrobo para coches que no era otra cosa que un lanzallamas; o al que propuso que la Marina Británica, en lugar de utilizar fuego de verdad para sus maniobras, hiciera que todos sus soldados gritaran al unísono: «¡Bang!»; o a Edward Teller, padre de la bomba de hidrógeno americana, quien movió todos los hilos técnicos y políticos para fabricarla; o a Jacques Chirac, presidente de Francia, por conmemorar el 50 aniversario de las primeras explosiones nucleares con pruebas nucleares en el Pacífico y, al protestar los representantes del gobierno australiano los tildó de «demagógicos» (hay que tener cara) y añadió que para ellos representaba un arma al servicio de la paz (tampoco asistió).

El de química se lo dieron, a quienes demostraron que, químicamente hablando, el amor romántico se puede confundir con un severo desorden obsesivo-compulsivo; o el de Asistencia Sanitaria a quien inventó un aparato para tener un parto gracias a la fuerza centrífuga haciendo girar la mesa a toda velocidad; o el de biología a un médico que inyectaba hormonas a las mujeres para hacerles creer que estaban embarazadas y, cuando se las inyectaron e él mismo, dio positivo en un test de embarazo (finalmente, acabó en prisión); o el de medicina a los que hicieron una resonancia magnética nuclear a una serie de parejas voluntarias mientras hacían el amor (cuando les decían que podían llegar al orgasmo, las parejas echaban a reír); o el de estadística a quien demostró que no hay relación entre la medida del pie y del pene; o el de biología al que investigó sobre la felicidad de las almejas cuidadas con Prozac; o el de física a quien llegó a la conclusión de que el calcio que se crea en las cáscaras de huevo de las gallinas es debido a un proceso de fusión fría.

Hay un hombre que tiene no uno, sino dos Ig® Nobel: uno por descubrir que el agua es un líquido inteligente y con memoria y otro porque la información de la misma se puede transmitir a través de Internet, y que Harvard Dudley (premio Nobel de Química de 1986) consideró muy digno y que bien podía merecer un tercer Ig® Nobel; otro de medicina al que publicó un informe médico sobre las heridas provocadas por la caída de cocos de los cocoteros de Nueva Guinea; al que publicó un informe sobre el colapso de los inodoros en Glasgow (vamos que el inodoro se rompía y las nalgas del usuario quedaban maltrechas); o a los que hicieron levitar ranas utilizando imanes y más tarde recibieron numerosas cartas de niños diciendo: «quiero ser un científico».

Hay quien se lo llevó por ingeniería de seguridad por inventar una armadura a prueba de osos; o el de informática por hacer un programa que detectaba cuándo un gato pasa sobre un teclado; o el de matemáticas a quien calculó las probabilidades exactas de que Gorbachov fuera el anticristo (exactamente: 710.609.175.188.282.000 contra una); o a los tres japoneses que entrenaron a unas palomas a distinguir entre cuadros de Picasso y Monet; o el de arqueología a un grupo de scouts-exploradores que borraron unas pinturas rupestres de entre diez y quince mil años de antigüedad pensando que eran graffitis; o a los que hicieron aquellos círculos misteriosos en los campos de Inglaterra (en noches de lujuria) y que finalmente declararon que había una campaña para convencer al público de su trivialidad; o el de arte al que hizo un póster con los penes del mundo animal; o al que creó un traje que se auto perfuma (ideal, según dijo, para mantener la estabilidad en la pareja); o el de biología al que creó una ropa interior hermética que contenía los fétidos olores antes que salieran al exterior y así librarse del sufrimiento olfativo debido a su explosiva esposa; o al que quiso normalizar la forma de preparar una taza de té y acabó diciendo: vine, vi y me tomé una taza de té, y el público respondió tirando aviones de papel y bolsas de té; o a los que produjeron el café más caro del mundo cuyos granos habían sido ingeridos y excretados por un luak; o al que hizo una tesis doctoral sobre la sociología de las tiendas canadienses de donuts; o al que dio la ecuación para mojar una galleta en té caliente (Len Fisher, que tiene un libro con ese título y es muy bueno); o al senador de EUA que, para promover la ley del control de drogas, hizo ilegal comprar probetas, aparatos de destilación, secadoras de vacío, matraces, etc.; o al que escribió un libro sobre «curación cuántica», y el premio Nobel Sheldon Glashow dijo que había tenido el honor de haber cenado con él y que había recibido un merecidísimo premio; o a las 976 coautores de un artículo que tiene 100 veces más autores que páginas; o a uno que publicó después de muerto (y es que la ciencia no tiene límites); o al trabajo de extraños cuerpos en nuestro cuerpo que ya os conté (recopliación literaria de objetos encontrados, digamos, en nuestras partes más íntimas).

En fin, como afirma el propio autor, un libro para ser leído en voz alta, preferiblemente en ascensores, trenes, metros, salas de espera o en el lavabo; y que si el lector se dedica a la docencia, que lea algunos fragmentos en voz alta a sus alumnos. Un detalle más: sólo trata los premios hasta el 2000 aproximadamente, así que seguro que hay una segunda parte.

Portada del libro

P.D. Se me estropeó el escáner, precisamente, con este libro, así que he tomado la foto de internet de la portada más grande que he encontrado.

Título: «Los premios Ig® Nobel»
Autor: Marc Abrahams

Más información sobre los Ig® Nobel en la wikipeda.



Hay 22 comentarios a 'Los premios Ig® Nobel'

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  1. #1.- Enviado por: caente

    El día 16 de agosto de 2008 a las 01:16

    Creo que este es un artículo que hubiera escrito Borges en nuestros días… lo que obviamente ningún premiado de esos hubiera existido jamas 🙂

  2. #2.- Enviado por: Delirium

    El día 16 de agosto de 2008 a las 10:17

    ¡El del apetito de las sanguijuelas lo comentas dos veces!. Al final el post está entretenido, pero queda un poco embarullado. Por cierto, el del traje a prueba de osos… ¿no será este tío?. El hombre se hizo famoso por su traje anti-osos que probó de todas la maneras excepto con un oso. Y cuando lo hizo el traje fue destrozado.

    Y una pregunta ¿hay algunas bases para optar al IgNobel? Tengo entendido que el estudio científico debía ser serio, pero tras leer el post ya no lo tengo tan claro.

    ¡Un saludo!

  3. #3.- Enviado por: omalaled

    El día 16 de agosto de 2008 a las 10:37

    caente: pero estos ¡son reales! 🙂
    Delirium: sí, puede que quede algo enrevesado. Es como aquellos libros de Jesús Hernández de Anécdotas de las Guerras, que hacer un resumen de ellos es imposible sin dar una idea general.

    Lo de las sanguijuelas,,, ufff, es verdad. El del traje anti osos es ese 🙂 Pondré el enlace …

    Salud!

  4. #4.- Enviado por: Topi

    El día 16 de agosto de 2008 a las 11:00

    Muy graciosa la entrada, dan ganas de investigar algunos de los premios. Acerca de Lee Kuan Yew, es de Singapur y no japonés.
    T

  5. #5.- Enviado por: Olorin

    El día 16 de agosto de 2008 a las 12:37

    Muy divertido el artículo.
    En cuanto al café más caro del mundo, sigue siendo el excretado por un luak y si no recuerdo mal es una receta indígena.

  6. #6.- Enviado por: Iñaki

    El día 16 de agosto de 2008 a las 13:33

    Imagino que los del parto por fuerza centrífuga tendrán a un Iker Casillas para detener al crío cuando salga disparado… XD.
    Definitivamente queda demostrado (ya lo decía Einstein) que la estupidez humana es infinita.
    Mu’bueno el artículo….

    Un saludo

  7. #7.- Enviado por: Malonez

    El día 16 de agosto de 2008 a las 20:41

    Muy bueno :), me he reído mucho. Ya había oido hablar, aunque hay una cosa que no me gusta de esos premios y es mezclar estudios científicos cuya temática puede parecernos graciosa o inútil, con barbaridades que han hecho por ejemplo políticos, ya que eso es un asunto mucho más serio.

  8. #8.- Enviado por: Luis

    El día 18 de agosto de 2008 a las 00:18

    Genial, me he reído mucho. Sobre todo con el de medicina cuántica porque soy el único de mi curro que piensa que es una chorrada. Verás cuando vuelva de vacaciones y se lo enseñe a mi jefe.

  9. #9.- Enviado por: Ender Muab'Dib

    El día 18 de agosto de 2008 a las 09:32

    Jajaja, qué gran recopilación, me han entrado muchas ganas de leer el libro. Había leído alguna vez sobre ellos (incluso había estado atento en las fechas a ver qué nuevos disparates habían ganado) pero desconocía la historia; ¡debe de ser un espectáculo genial acudir a una de estas celebraciones!.

    Creo que me quedo con el parto centrífugo.

    ¡Saludos!

  10. #10.- Enviado por: Tiburcio Samsa

    El día 18 de agosto de 2008 a las 14:31

    Me he reido mucho con tu entrada, pero por favor, vivo en Singapur y como se enteren por aqui de que andas diciendo que el fundador de la nacion era japones, nos van a montar a los espanolitos que vivimos aqui una que no te cuento. Lo mismo hasta nos hacen comer chicle.

  11. #11.- Enviado por: Macluskey

    El día 18 de agosto de 2008 a las 15:37

    Echo en falta a James Ussher, por hacer un sesudo estudio, publicado en la Biblia del rey Jaime donde decía que la creación había tenido lugar exactamente el 23 de octubre del 4.004 a.C, creo que al mediodía.

    Claro que en las bases quizá se prohiba dar el premio a científicos muertos hace más de cinco siglos…

    Divertido, e instructivo, como siempre.

    Saludos

  12. #12.- Enviado por: Samuel

    El día 19 de agosto de 2008 a las 03:15

    Esta chistoso y sorprendente. Me causo mucha gracia el de arqueología al grupo de scouts que borraron las pinturas rupestres, me imagino el trabajo que les costo limpiar las pinturas después de 10.000 años. Que buen blog.

  13. #13.- Enviado por: omalaled

    El día 20 de agosto de 2008 a las 19:12

    Topi: cierto … lo cambio. Gracias.
    Olorin: café excretado por un luak … ¡aggghh!
    Iñaki: hombre, para mí, los estúpidos son los de la paz de Chirac o los ministros a puñetazos, pero los de algunos científicos, más que estúpidos, me parecen curiosos.
    Malonez: pero los premios Nobel de la Paz tampoco son científicos …
    Luis: es que hay que diferenciar entre utilizar un efecto cuántico en beneficio de la medicina (por ejemplo, PETs o RMNs) y otra cosa es hablar de «medicina cuántica». Este último concepto no tiene sentido.
    Ender: el del parto centrífugo… es genial 🙂
    Tiburcio: bueno, vale, ya lo corrijo 🙂
    Macluskey: si lo repartieran a nivel histórico, no sé dónde podrían meter tantas nominaciones 🙂
    Samuel: gracias. Confundir un graffiti con una pintura rupestre… da para pensar 🙂

    Salud!

  14. #14.- Enviado por: Luis

    El día 20 de agosto de 2008 a las 19:27

    Sí, hice mi tesis sobre RMN aplicado a proteínas, pero no hay mayor sordo que el que no quiere oír…

  15. #15.- Enviado por: Miércoles

    El día 21 de agosto de 2008 a las 17:06

    Hombre, y cómo nadie ha mencionado todavía a nuestros ilustres galardonados?
    Química 2006, desde la politécnica de Valencia y la Uni de las Illes Baleares: sobre el efecto de la temperatura en la velocidad de las ondas ultrasónicas en el queso cheddar.
    http://www3.interscience.wiley.com/journal/119063924/abstract?CRETRY=1&SRETRY=0

    Lingúística 2007, desde el Parque científico de Barcelona: sobre cómo las ratas no diferencian entre holandés y japonés cuando se hablan al revés.
    http://www.apa.org/releases/speech_article.pdf

    También resulta curioso que uno de los voluntarios que durante años limpió el escenario (Roy J. Glauber) terminó ganando el Nóbel de Física real en el 2005.

  16. #16.- Enviado por: Mikel

    El día 1 de septiembre de 2008 a las 09:51

    A mí me pareció genial el IGNobel de economía que le dieron al Vaticano hace unos años (no fuerona recogerlo). Buscadlo, que no tiene desperdicio.

  17. #17.- Enviado por: omalaled

    El día 1 de septiembre de 2008 a las 21:06

    Je jeeeeeee, el de economía al Vaticano el año 2004 por su idea de subcontratar en la India un servicio de oraciones.

    Merecidísimo 🙂

    Salud!

  18. #18.- Enviado por: dani

    El día 10 de septiembre de 2008 a las 20:43

    Hola,
    ¡Qué grande!
    Me ha encantado el de lingüistica comentado por Miércoles.
    Ahora ya tengo un objetivo en la vida ganar uno de estos premios a ver cual consigo.

  19. #19.- Enviado por: Chary Serrano

    El día 2 de noviembre de 2008 a las 09:56

    No tenia ni idea de estos premios.
    Interesante el blog, lo tengo en cuenta en las votaciones, me encanta.

  20. #20.- Enviado por: Möebius

    El día 19 de noviembre de 2008 a las 05:01

    Hola Omalaled

    hay un escritor colombiano que escribió un libro dizque PARA REFUTAR TODA LA FISICA(desde Newton hasta feynman y demás de la mecánica cuántica) el libro se llama:

    Manualito de imposturología física
    Autor: Fernando Vallejo

    este señor se merece un Ig Nobel de física(¿cómo hacer para nominarlo?, porque de seguro se lo gana), si tan solo supieras las estupideces que dice el libro, te morirías de la risa y no lo escribió con motivos humorísticos, según él con ese libro refutó toda la física.

    Y se me olvidaba!!!!!!!!! tambien se merece un Ig Nobel en Biología por su libro: Tautología Darwinista donde dizque refuta a Darwin.

    En serio este señor se merece un Ig Nobel en física y en Biología ¿cómo hacer para nominarlo?

  21. #21.- Enviado por: chika migraña

    El día 19 de mayo de 2009 a las 23:57

    Entonces yo no amo… soy una obsesiva compulsiva!!!

    Mi ex tenía razón =/

  22. #22.- Enviado por: Javier

    El día 8 de octubre de 2010 a las 20:37

    Apoyo candidatura al ig noble de Vallejo por la Tautología Darwiniana y sus disparates

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