Charles Babbage
No deja de ser curioso que existan personajes por la historia, evidentemente adelantados a su tiempo, pero que bien por su personalidad, bien por la de los demás, haya sido olvidado. Y de golpe, cuando llega la época en que el resto de los mortales estamos preparados para esos adelantos, vuelve a resurgir su figura y es entonces cuando se ve la complejidad y la genialidad de aquel oscuro y olvidado hombre. Hoy os hablaré de uno de ellos. Su nombre: Charles Babbage.
Nacido cerca de Londres en 1791 era hijo de un rico banquero. Ya de niño se interesó por los artefactos mecánicos. Aprendió matemáticas de forma autodidacta leyendo cualquier libro que caía en sus manos. Con un fuerte conocimiento matemático llegó a la Universidad de Cambridge en 1810.
Junto a John Herschel (hijo de William Herschel, descubridor de Urano), su amigo de toda la vida, fundó la Sociedad Analítica. Los analíticos estaban enamorados de la potencia de la ciencia e ingeniería francesas y contemplaban la introducción de las matemáticas al estilo continental como el primer paso para la revolución tecnológica. La sociedad entró en colisión con los poderes establecidos en Cambridge.
Gracias a sus contactos con la familia Bonaparte mantuvo frecuentes intercambios con científicos del continente.
Se dio cuenta que los científicos británicos tenían el problemón de que en las tablas astronómicas había errores por doquier. Por ejemplo, en la primera edición de las «Efemérides Náuticas para hallar latitudes y longitudes en el mar» tenía más de ¡mil errores!. Estos errores eran debidos a errores de cálculo por dejadez o aburrimiento de las personas que los desarrollaban.
Babbage decidió que la única solución para arreglar las tablas erróneas era construir una máquina que lo calculara de forma automática. Vamos, lo que hoy conocemos como calculadora. Sería una máquina infalible, infatigable y multiusos. Así que empezó a experimentar y logró ayuda del gobierno para construir lo que llamó una máquina diferencial (Difference Engine), un tipo de máquina sumadora (ver detalles del funcionamiento en la wikipedia). Era muy ambiciosa: tenía que ser capaz de calcular cifras de hasta 20 dígitos y almacenar una serie de números y efectuar sumas con éstos.
Esta máquina funcionaba con ruedas dentadas y en sistema decimal (no binario, como hoy día), pero su fabricación superaba la complejidad de la época. Había muchos problemas con los rozamientos de los engranajes y las vibraciones. Son problemas que la ingeniería hoy tiene bastante controlados, pero no en aquella época. Sin embargo, Babbage tenía una tremenda capacidad de improvisación y a medida que la máquina crecía iba arreglando los problemas con ideas brillantes. No obstante, era un hombre muy perfeccionista y parece ser que esa fuera la causa de que la máquina no acabara de finalizarse.
A pesar de ello, en 1827 había utilizado la única parte operativa de su máquina, formada por apenas 2.000 piezas, para calcular tablas de logaritmos de 1 a 108.000. Esa parte de la Máquina Diferencial se considera hoy día como la primera calculadora automática.
En diez años, el proyecto original se había convertido en una máquina de 25.000 piezas y su coste era el suficiente como para comprar dos buques de guerra. El gobierno decidió que era mejor invertir en la flota que en una vulgar máquina de cálculo (posteriormente en Suecia se construyó una máquina de diferencias basada en el diseño de Babbage que posteriormente fue adquirida por el gobierno británico; ironías de la historia).
Impertérrito ante la falta de apoyo, concibió una máquina calculadora mucho más compleja que bautizó como «Máquina Analítica». El diseño se basaba en el telar de Joseph Marie Jacquard, el cual usaba tarjetas perforadas para determinar cómo una costura debía ser realizada. Babbage adaptó su diseño para conseguir calcular funciones analíticas cuyo núcleo mecánico iba a contener 50.000 engranajes y se pretendía que calculara números de 50 dígitos en sistema decimal (los ingenieros, a buen seguro, sabrán apreciar la complejidad tanto de adaptación como de diseño). La máquina analítica tenía dispositivos de entrada basados dichas tarjetas perforadas, un procesador aritmético, que calculaba números, una unidad de control que determinaba qué tarea debía ser realizada, un mecanismo de salida (alias impresora) y una memoria donde los números podían ser almacenados hasta ser procesados. La gracia de la Máquina Diferencial es que sería «programable».
Pero pensad que estamos hablando de hace más de 150 años. Hoy se considera que la máquina analítica de Babbage fue la primera computadora del mundo. Un diseño inicial plenamente funcional de ella fue terminado en 1835. Sin embargo, debido a problemas similares a los de la máquina diferencial, la máquina analítica nunca fue terminada.
Entra en escena Lady Ada Lovelace, matemática e hija de Lord Byron. Se enteró de los esfuerzos y trabajos de Babbage y se interesó. Promovió activamente la máquina analítica y dio un paso más: escribió varios programas para dicha máquina. Los historiadores concuerdan que esas instrucciones hacen de Ada Lovelace la primera programadora de computadoras de la historia. Le ayudó mucho tiempo a intentar recuperar su fortuna, que había gastado intentando construir su máquina, creando un sistema de apuestas infalible para las carreras de caballos. No lo consiguieron. Ada Lovelace murió a los 37 años de un cáncer de matriz. El papel de esta mujer en la historia fue reconocido con honores cuando el Departamento de defensa de EEUU le puso su nombre, Ada, a su lenguaje de programación.
Pero continuemos con Babbage.
Fue una figura enérgica y controvertida. Muchos de sus contemporáneos le consideraban un chiflado. Y es que sólo a un chiflado se le ocurriría, además de idear la primera computadora de la historia, inventar el velocímetro, el dinamómetro, el oftalmoscopio, el avisador de vacas (cowcatcher) de los trenes (ese aparato que se sujetaba a la parte delantera de las locomotoras de vapor), los códigos de los destellos de los faros; descubrir que la anchura de los anillos de los árboles dependían del clima que había hecho aquel año y podían leerse, por tanto, como registros meteorológicos; se interesó por la política, la economía, la filosofía y la astronomía; propuso el sistema de franqueo postal que utilizamos hoy día: hasta entonces el coste de enviar una carta dependía de la distancia que tenía que viajar y nuestro héroe advirtió que el coste del trabajo requerido para calcular el precio de cada carta superaba el coste del franqueo de ésta proponiendo un único coste para cada carta con independencia del sitio del país al que era enviada.
¿Os parece poco? Pues también se dedicó a la criptografía y algunas de los trabajos que hizo en este tema fueron consideradas durante un tiempo como secreto militar. En una ocasión, llevado por su obsesión experimental, se introdujo en un horno a más de 100ºC durante algunos minutos. La conclusión que extrajo de la experiencia fue que podría soportar el calor del cráter del Vesubio, al que descendió años después en un viaje a Italia. Su intuición le llevó a especular que el universo podía verse como una creación de un dios que había hecho unas leyes que en forma de programas, aunque de vez en cuando, echaba una manita ad hoc. Una idea asombrosa ¿verdad?
También enunció el Principio de Babbage, en el que se afirma que el trabajo es mejor producido en tareas simples para los operarios y no que un mismo operario haga todas las tareas. Esa idea fue criticada por Karl Marx, quien dijo que contribuirían a la segregación y alienación del obrero.
En 1824 le concedieron la Medalla de Oro de la Royal Astronomical Society por su «invención de una máquina de cálculo matemático y tablas astronómicas».
El año 1827 fue fatídico para él, pues murieron su padre, mujer y al menos dos de sus ocho hijos. Sólo sobrevivieron 3 hasta edad adulta.
Entre 1828 y 1839 fue elegido para ocupar la cátedra Lucasiana de matemáticas de Cambridge que en su día tuvieron personajes como Newton o Dirac y que hoy posee Stephen Hawking. En esa época, contribuyó a numerosas revistas astronómicas y tuvo un papel fundamental en la fundación de la Astronomical Society en 1820 y la Statistical Society en 1834. Sin embargo, seguía soñando en el diseño de máquinas para calcular. De hecho, más tarde, en 1842, contactó con Sir Robert Peel para obtener la financiación necesaria y no se la dio ofreciéndole el título de caballero. Babbage rechazó el título.
Llegó a mantener amistad con destacados personajes de la ciencia europea del momento, como Humboldt, Laplace o Darwin.
Durante los últimos años de su vida se dedicó, cómo no, a la construcción de máquinas capaces de la ejecución de operaciones aritméticas y cálculos algebraicos.
El atractivo joven de Cambridge se convirtió en un vejestorio irascible que merodeaba las calles de Londres. Cogió manía al ruido que hacían los músicos callejeros:
[Los músicos callejeros] no sin frecuencia hacen que los pilluelos andrajosos se pongan a bailar y que, hombres casi ebrios sigan los bailes y acompañen el ruido con sus voces discordes (…) Otro grupo que apoya con vehemencia la música callejera es el de las señoras de elástica virtud y tendencias cosmopolitas, que encuentran en ella una excusa decente para exponer sus encantos desde las ventanas abiertas.
Inició una campaña para que se prohibieran los músicos callejeros afirmando que le impedían trabajar en paz y le hacían perder del orden del 25% de su tiempo. Dichos «músicos» tomaron como costumbre situarse bajo las ventanas de su domicilio. Según afirmó él mismo: «en una ocasión, una banda de música estuvo tocando durante cinco horas, sin apenas pausa». Babbage se quejaba a la policía, que se hacía la sorda (hay cosas que no cambian en la historia y, en ese aspecto, ésta es una de ellas).
El problema de que las máquinas de Babbage sólo funcionara con aritmética decimal quedó para que el hijo de un zapatero de Lincoln le pusiera remedio. Uno personaje autodidacta, como Babbage, que demostró tal agudeza intelectual que le nombraron catedrático del Queen’s College. Se llamaba George Boole. Por cierto, allí se casó con Mary Everest. ¿Os suena ese apellido? La montaña más alta del mundo tiene ese nombre gracias al padre de Mary.
Babbage había sufrido un golpe muy duro con la muerte de su esposa y nunca volvió a casarse. Esto unido a que los tres hijos que le sobrevivieron se habían marchado de Inglaterra hizo que muriera en total soledad la mañana del 18 de octubre de 1871. Su obra quedó olvidada durante largo tiempo. Puede que en su época fuera olvidado, pero su nombre ha quedado inscrito en la Historia como el padre de la Informática y por si fuera poco, hay que considerar que para seguir su obra fueron necesarios cerebros de la talla de Alan Turing y John von Neumann.
En 1991, coincidiendo con el bicentenario de su nacimiento, el museo de ciencia de Kensington construyó una máquina diferencial basándose en los dibujos de Babbage utilizando sólo técnicas disponibles en aquella época. Hoy puede verse en el Museo de Ciencias de Londres con sus tres toneladas de peso. Y lo mejor de todo: funciona. En las pruebas, se configuró para que calculara 25 múltiplos del número PI de 29 dígitos decimales, tarea que sus 50.000 ruedas dentadas realizaron con insultante facilidad.
Ese mismo año fue conmemorado por el gobierno de Su Majestad con una edición especial de sellos de correos. Un cráter en la Luna lleva su nombre. Su cerebro se conserva en el Museo de la Ciencia de Londres.
Hay quien se dedica a coleccionar sellos, hay quien se dedica hacer maquetas de barcos o aviones, ¿no? Pues también hay quien se dedica a construir máquinas de Babbage … ¡con Lego! Las siguientes fotos están sacadas del enlace anterior y muestran detalles de la misma (click sobre ellas para ver ampliadas).
Fuentes:
«La mente de Dios», Paul Davies
«Turing y el ordenador», Paul Strathern
«El libro de los hechos insólitos», Gregorio Doval
http://www.alpoma.net/tecob/?p=278
http://www.dma.eui.upm.es/historia_informatica/Doc/Maquinas/MaqDifBabbage.htm
http://hawaii.ls.fi.upm.es/historia/personajes/ppal_babbage.htm
Si os interesa el tema de las calculadoras mecánicas, no os perdáis este artículo, del blog Tecnología Obsoleta.
El día 21 de diciembre de 2007 a las 08:45
La primera entrevista de Ada de Lovelace con Babbagge, es todo un «poema». Chula, engreída, insolente… pero con razón: era una gran matemática. En su honor se dio el nombre de ADA a un interesante lenguaje de programación, concebido para hacer sistemas operativos y programación concurrente (http://es.wikipedia.org/wiki/Lenguaje_de_programaci%C3%B3n_Ada).
El día 21 de diciembre de 2007 a las 13:16
En el Science Museum de Londres (al que en el artículo te refieres como el museo de la ciencia de Kensington), la sección de calculadoras como éstas es muy interesante; De hecho, es mi sección favorita del museo.
Como curiosidad, añadir que en el propio museo están construyendo una nueva máquina de Baggage más potente que ninguna hasta ahora.
El día 21 de diciembre de 2007 a las 14:02
Increibles vidas las que nos cuentas…increible también lo de los lególogos…
El día 21 de diciembre de 2007 a las 14:16
¡Qué recuerdos…!
Omalaled, te has dejado a Hermann Hollerith, que usó una codificadora en tarjetas perforadas para hacer el censo norteamericano de 1890. En su honor, el código de perforaciones que usaban las tarjetas perforadas, se denominaba «código Hollerith». Aunque, claro, las tarjetas no se usan desde más o menos 1980, así que la mayoría no las habéis conocido. Os aseguro que, cuando se te caía al suelo tu precioso programa en tarjetas peforadas (digamos 1000 tarjetas), que no te habías molestado en numerar, y se descolocaban todas… te podías pasar todo el día hasta recolocarlas de nuevo. Entonces hacíamos una programación elástica, debido a las gomas elásticas con que sujetábamos los paquetes de tarjetas de los programas.
Y en cuanto al lenguaje Ada, en realidad es el segundo lenguaje «inventado» para el DoD americano (Department f Defense). Ada en realidad no ha tenido mucho éxito, o casi ninguno. Pero sí que lo tuvo el primer lenguaje «inventado» para el DoD: el ínclito Cobol. A pesar de que no se enseña en universidad alguna, que todo el mundo lo denuesta, que a casi nadie le gusta, resulta que el 80% de todos los procesos críticos de negocio del mundo están escritos en Cobol. Pero eso sí, lo que ahora «mola» es el Java o el C++. ¡Qué cosas!
Salud y Feliz Navidad
El día 21 de diciembre de 2007 a las 18:15
Interesante artículo!, Nunca he posteado, pero hoy has hablado de uno de los personajes más admirados por mí. Además Mackuskey me ha hecho recordar cuando la programación era en tarjetas perforadas y el famoso RPG. Tiene razón al decir lo de procesos críticos en COBOL, yo era un maestro en ese lenguaje…. tanto en equipos Wang como en RM. Ahora en Oracle y Sybase, que tiempos aquellos!.
Felicidades por tu blog y sigue haciéndonos recordar a grandes hombres y mujeres que nos les importó la mofa ni el desprecio de algunos, para que luego sus estudios dieran fruto.
El día 21 de diciembre de 2007 a las 20:46
Para: Macluskey.
Llevas razón, ADA nunca tuvo demasiado éxito; en mi opinión debido a que nació a destiempo. Os cuento una anécdota. Escribí un programa en ADA para probar su potencia en la sincronización de procesos. El programa era tan tonto como arrancar dos procesos a la vez; uno era de escritura, pero no podía escribir hasta que se hubiera hecho un cálculo. El cálculo que puse fue 2 * 2. Ya veis terriblemente complicado. Y cuando ese proceso acababa se daba permiso al de escribir para escribir el resultado.
Con el famoso WAX de DEC la compilación tardó 25 minutos. Después la ejecución fue rápida, pero la compilación 25 minutos. Solamente escribí otro programa en ADA.
El día 21 de diciembre de 2007 a las 20:52
Decía Miguel: «Además Mackuskey me ha hecho recordar cuando la programación era en tarjetas perforadas y el famoso RPG.». ¡Que moderno eres Miguel. Para mi las tarjetas perforadas fueron un gran avance. Yo programé a base de cables las lectoclasifacadoras de IBM. Programé a base de meter 0 y 1 la Olivetti programma no se cuantos (101?); programé el PDP-8 con cinta perforada;… e hice un «sistema operativo» para poder arrancar un IBM 370 que nos llegó sin software. Cuando digo «sistema operativo» entiéndaseme bien: primero hice un programa de lectura (con los interruptores de la consola) que leía una tarjeta y la metía en memoria, luego otra, luego otra… Y después trasfería el control de ejecución a la primera tarjeta almacenada. (Un típico proceso de bootstraping).
En fin, ¡qué tiempos aquellos!
¡Ah! Se me olvidaba: también hice compiladores de Fortran en Assembler, compiladores de Algol en Fortran, compiladores de Fortran IV en Fortran II, …
El día 21 de diciembre de 2007 a las 21:01
Se me olvidaba, Macluskey decía:
«¡Qué recuerdos…!
Omalaled, te has dejado a Hermann Hollerith»
Creo que es interesante señalar a nuestros jóvenes amigos que Herman Hollerit fundó una compañía que se llamaba Tabulating Machine Company, con el fin de explotar comercialmente su invento. En 1911, dicha compañía se fusionó con Dayton Scale Company, International Time Recording Company y Bundy Manufacturing Company, para crear la Computing Tabulating Recording Company (CTR). El 14 de febrero de 1924, CTR cambió su nombre por el de International Business Machines Corporation (IBM), cuyo primer presidente fue Thomas John Watson. Que era un vendedor agresivo, en el peor sentido de la palabra agresivo.
El día 21 de diciembre de 2007 a las 21:15
Yo, a veces, programo mi video y graba.
El día 21 de diciembre de 2007 a las 22:14
Hola estoy creando un periódico digital y me gustaría que colaborases conmigo.
Agrégame a Messenger y hablamos.
Un saludo. Jose Guillermo. [email protected]
El día 21 de diciembre de 2007 a las 23:17
hehehehe!!!
esta chida tu paguina!
El día 22 de diciembre de 2007 a las 00:54
Un detalle: el lenguaje de programación nunca se ha llamado ADA, sino Ada, como la persona. No son siglas.
http://en.wikipedia.org/wiki/Ada_%28programming_language%29
El día 22 de diciembre de 2007 a las 10:15
Para los que no la conocen, vean una tarjeta perforada:
http://www.alpoma.net/tecob/?p=387
El día 22 de diciembre de 2007 a las 11:36
flexarorion y Macluskey: Ostrás, estáis enteradísimos. Muy bueno lo de Hermann Hollerith. Pues no me atrevo a decir vuestra edad, pero sí os diré que los primero que recuerdo yo de PCs (el Spectrum lo tenían sólo amigos míos que iban a estudiar informática) cuando le decía el PC que tenía en casa a un profesor y contestaba exclamando:
– ¡Y tienes Hard Disk!
kota: cuando hayan hecho esa máquina, si lo llegas a saber, me lo dices y la comentamos 🙂
Miski: los del lego es impresionante; pero debe ser muy divertido, ¿no?
Miguel: pues muchas gracias, hombre. Me alegra saber que os gustan los pequeños relatos sobre los personajes que hicieron posible el mundo en que hoy vivimos.
horrifido: a veces graba. Hombre, cuando lo programo a mí me graba siempre! 🙂
Jose Guillermo: no tengo messenger, pero me pondré en contacto contigo por correo.
roberto: no sé lo que es chida, pero imagino que es algo bueno. Gracias.
lektu: muchas gracias. Craso error el mío. Corregido.
Carlos: gracias por ese enlace.
Salud y Buenas Fiestas. Sed buenos y hacer bondad. Os quiero a todos de vuelta sin excepción.
El día 22 de diciembre de 2007 a las 15:19
Como siempre omalaled, esta es la pagina que no puedo dejar de visitar y leer, y concretamente con esta historia del Genial Babbage (junto a Turing y Von Neumann), para mi una de las personas mas admirables que existió, y que tuvo la «desgracia» (entre otras) de nacer 150 años antes de lo debido… cosas que pasan, supongo que le habrá pasado a mas de uno… Gracias por todo.
El día 22 de diciembre de 2007 a las 22:38
Aquí os dejo un vídeo de una réplica de la máquina diferencial en funcionamiento. No recuerdo de dónde lo bajé, pero creo recordar que estaba hecha con piezas de mecano.
http://rapidshare.com/files/78380466/maquina_de_calculo.avi.html
El día 22 de diciembre de 2007 a las 23:54
Basado en el trabajo de Charles Babbage se editó no hace mucho una novela titulada «En el país de los ciegos». La trama se basaba en la posibilidad de crear una psicohistoria efectiva (sí, la de Isaac Asimov) utilizando la máquina de calcular de Mr. Babbage. La verdad, la novela no es demasiado recomendable; me parece que la vida real del genial matemático londinense resultó mucho más interesante…
El día 23 de diciembre de 2007 a las 09:08
#15.- Enviado por: omalaled
«El día 22 de Diciembre de 2007 a las 11:36
flexarorion y Macluskey: Ostrás, estáis enteradísimos. Muy bueno lo de Hermann Hollerith…»
Gracias. Mi edad no es ningún secreto acabo de cumplir los sesenta años.
El día 24 de diciembre de 2007 a las 13:39
Pues yo no llego a los sesenta, pero paso de largo los cincuenta. Mi promoción de Informática fue la primera que terminó como «Licenciado», y no como «Técnico de Sistemas». Creo que fue la séptima promoción, aunque nunca me importó mucho. Por supuesto, a todos los «Técnicos de Sistemas» de promociones anteriores se les homologó el título de Licenciado.
Y en mi primer trabajo, el ordenador del banco (un NCR Century 200) tenía la friolera de 32 Kás (no Megas) de memoria, discos duros de 4 Megas (del tamaño de sombrereras, y que se metían en unas lavadoras que tardaban como cinco minutos en alcanzar las revoluciones necesarias para ponerse «Ready») y cintas de carrete de 1600 bpi’s. Compilar cualquier programa, incluso escrito en NEAT/3 (el Assembler de esa máquina) tardaba entre quince y veinte minutos. Y ése era EL ordenador del banco. El único.
Al poco de yo trabajar allí, el Banco se gastó una millonada (literalmente, creo que fueron como veinte kilos de la época) en ampliar la memoria… ¡¡otros 32 Kás más!!! Y todos fuimos felices: ¡Se podía hacer multiprogramación, por fin, con dos particiones de 32 Kb cada una…!!!! Un lujo, ya digo.
Y mis compañeros más antiguos habían programado también las lectoclasificadoras (creo que de Univac) a base de cablear un panel de conexiones… pero eso yo ya no lo ví. Somos viejos, sí, ¡pero aún coleamos!!!
Salud, y Feliz Navidad
El día 24 de diciembre de 2007 a las 16:29
omalaled, siempre acabas sorprendiendome y fascinandome. ¡Que vidas! ¡que gentes!
Gracias por hacerme el año más ameno.
Feliz navidad y fructífero 2008
El día 24 de diciembre de 2007 a las 19:07
Voy a añadirte que la facultad de ingenieros informáticos y de telecomunicaciones de la universidad de Zaragoza se llama Ada Byron, en honor a la primera programadora que nombras en el artículo.
El día 24 de diciembre de 2007 a las 19:27
Bueno, bueno … me vais a decir ahora que la correcta definición de algunos de nosotros es «viejos carcas» 🙂
En fin, encantadísimo de pertenecer al grupo.
Mauro: muchas gracias a ti.
Alberto: muchas gracias por el vídeo. Para el resto de los navegantes, tiene unas 24 Mb, pero vale la pena. Lo he colgado además aquí.
Peio: ¡ay! es que en el caso de los científicos, la realidad supera la ficción, ¿verdad? 🙂
alvarhillo: gracias a vosotros por hacerme el año más ameno a mí (y no es un cumplido).
Dvd: pues no lo sabía. Muchas gracias por el dato.
Felices Fiestas a todos.
El día 26 de diciembre de 2007 a las 01:16
Segun lei en un libro sobre Ada (lenguaje), tanto Babbage como Ada tenian un poco la cabeza en las nubes, y pensaban que con un sistema de logica que habian inventado, se iban a forrar con las apuestas en carreras de caballos… todos los fines de semana acababan pelaos y volvian a casa a perfeccionar el sistema.
Los fallos en las tablas de logaritmos en aquella epoca eran escasos, teniendo en cuenta que habia miles y miles de valores, pero siempre eran un peligro que no dejaba dormir bien a los fisicos de aquella epoca. Tengo otro ejemplo de fallo en casa.
Es normal que hubiera errores, por que si no me falla la memoria, para cada logaritmo, el tablista tenia que calcular 12 multiplicaciones y 12 divisiones. Mi padre tenia un libro de tablas de estos, lleno de numeros, miles y miles, seria cuestion de probar ahora cuantos valores estaban mal de hecho…. claro que a lo mejor estaba hecho con una calculadora mecanica, no era un libro del XIX.
El día 27 de diciembre de 2007 a las 05:35
Muchas, muchas, muchisimas gracias….
hola,,, me llamo daniel, soy de Argentina y pienso que el blog es censillamente de lo mejor que hay en la web…
soy estudiante secundario de una escuela tecnica y estoy en el utlimo año, cuando termine pienso seguir ingenieria electromecanica (solo para que me conozcan un poco)
Es increible como me apacionan tus posts, el hecho de que la fisica tenga historias tan interesantes nunca nadie me lo habia hecho notar, ni yo por mi cuenta lo habia pensadoo,,
bueno espero que sigas despertando en mi la pasion por esta materia y espero que este blog nunca se acabe,,,
chau
exelente tu articulo (como todos los anteriores)
El día 10 de enero de 2008 a las 16:34
Hola. Como dicen en la radio los que llaman, enhorabuena por el programa.
Solo un dato, para los que dicen que el Ada no tuvo mucho éxito. Pues, éxito, lo que se dice éxito no ha tenido. El tipo de éxito que tengo en mente, lo han conseguido el Pascal primero y luego el C, el C++ y el Java.
Pero el Ada es el lenguaje obligatorio (según muchos pliegos de condiciones técnicas) para procesos críticos. Por ejemplo, muchos sistemas de control de tráfico aérero están escritos en Ada. Que les pregunten a los trabajadores de algunas de las «Indras» (yo fui uno de ellos).
Saludos a todos.
El día 13 de febrero de 2008 a las 20:41
hola IM mareliz y quiero sabermas de esta historia interesante que es sabido aprender.