Arquímedes

Publicado el 14 de febrero de 2005 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 3 minutos y 22 segundos

    Fue el hombre de ciencia más grande de la antigüedad, y nadie se le pudo comparar hasta tiempos de Isaac Newton, dos mil años después.
 
Hijo de un astrónomo. Aunque educado en la gran ciudad Universitaria de Alejandría, realizó su obra en su ciudad natal de Siracusa, Sicilia, donde había nacido hacia el 287 a.C. Según parece, tuvo cierto parentesco con Hierón II, rey de Siracusa y tuvo riqueza suficiente como para dedicarse libremente a sus tareas.
 
Arquímedes descubrió el principio de la palanca y también el del empuje, lo que le permitió afirmar, sin necesidad de destruirla, que una corona de oro había sido adulterada con cobre. Descubrió repentinamente el principio mientras se bañaba, y entonces salió corriendo desnudo por toda Siracusa gritando «¡Eureka, Eureka!» («¡Lo tengo! ¡Lo tengo!»). Entre sus muchos inventos prácticos, figuraba un tornillo de agua, utilizado para elevar agua para riego; la polea compuesta y otras máquinas.
 
Quiso evitar alcanzar la fama por sus proezas en ingeniería. Plutarco escribió que Arquímedes pensaba que «cualquier tipo de acción relacionada con las necesidades diarias era innoble y vulgar» y que prefería con mucho las matemáticas puras. Dedujo las expresiones de los volúmenes de figuras tales como la esfera y el cono y determinó la posición del centro de gravedad de los conos circulares y las figuras de revolución generadas por hipérbolas. Desarrolló un método para calcular el área de un segmento de parábola. El procedimiento llamado de «exhauciones», se basa en propiedades especiales de la parábola. Para establecer estas deducciones, utilizó un procedimiento parecido al cálculo inventado más tarde por Newton.
 
La importancia de la obra de Arquímedes en la historia de la ciencia apenas puede ser valorada, ya que cuando Alejandría fue conquistada por los árabes su biblioteca ardió y se perdió gran parte de su obra. No obstante los mismos árabes preservaron y expandieron una parte de ésta, y otras partes quedaron preservadas en el imperio Bizantino. Cuando Europa resurgió de las tinieblas, en la alta edad media, la obra de Arquímedes se tradujo al latín y tuvo una gran influencia en los comienzos de la revolución científica. Galileo cita a Arquímedes unas 100 veces, utilizando expresiones tales como Superhumanus Arquímedes, inimitabilis Arquímedes, y divinissimus Arquímedes. La conexión entre las matemáticas y la descripción de un experimento, que constituye el corazón de la ciencia moderna, nació de la obra de este gran matemático e inventor.
 
Sus anécdotas más fascinantes tuvieron lugar hacia el final de su larga vida, cuando Siracusa abandonó su alianza con la República Romana y, como consecuencia, una flota romana puso sitio a la ciudad. En aquella época Arquímedes por sí solo representaba una verdadera fuerza de defensa, y se pasaba el día creando dispositivos ingeniosos para averiar la flota. Se dice que llegó a construir enormes lentes para provocar incendios en los barcos, grúas mecánicas para levantar y volcar las naves, etc. Según cuentan, se llegó a tal punto que los romanos no se atrevían a aproximarse demasiado a los muros y huían con sólo ver que una cuerda se asomaba sobre ellos.
 
Pero después de un sitio de 3 años, la ciudad fue conquistada el 212 a.C. El comandante romano ordenó que Arquímedes fuera capturado vivo, pero éste se encontraba excesivamente concentrado en un problema matemático y cuando el soldado le ordenó que lo siguiera, se negó a dejar sus números en la arena. El soldado lo mató.
 
Los científicos de épocas posteriores trataron a menudo de reproducir los inventos de Arquímedes, y en particular, el más espectacular de ellos, el de los espejos ustorios. El debate sobre si el artificio pudo realmente haber hundido la flota romana duró siglos y muchos sabios famosos expresaron sus opiniones (incluido Descartes, que desechaba la leyenda). Pero luego, en 1747, fue finalmente sometida a la prueba experimental por el gran erudito francés, el Conde de Buffon. En París, en lo que ahora es Le Jardin des Plantes (entonces Le Jardin du Roi, del que era director), alrededor de 150 espejos cóncavos se montaron en cuatro marcos de madera y se ajustaron con tornillos para concentrar la luz reflejada sobre una plancha de madera a unos cincuenta metros de distancia. Una gran multitud observaba cuando el Sol salió de entre las nubes: en pocos minutos se vio salir humo de la plancha y se zanjó la cuestión. Más adelante, ese mismo año, Buffon, con gran aclamación, incendió algunas casas en presencia del propio monarca y recibió los cumplidos no sólo de Luis XVI sino también de Federico el Grande de Prusia.
 
Fuentes:
 
«La partícula divina» de Leon Lederman
«De los números y su historia» de Isaac Asimov
http://es.geocities.com/fisicas/cientificos/matematicos/arquimedes.htm



Hay 6 comentarios a 'Arquímedes'

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  1. #1.- Enviado por: arivero

    El día 19 de mayo de 2005 a las 14:34

    Un interesante detalle es que lo del Espejo Ustorio lo saco a la luz Cavalieri.

  2. #2.- Enviado por: Holbach

    El día 7 de noviembre de 2005 a las 12:33

    Omalaled, la Biblioteca de Alejandría (me refiero a la Biblioteca-Hija, o sea, la del Serapeo, pues la Biblioteca-Madre había ardido en el siglo I antes de la era común durante un ataque militar ordenado por Julio César) fue destruida por los cristianos en el siglo IV y por tanto ya no existía cuando llegaron los invasores musulmanes.

  3. #3.- Enviado por: omalaled

    El día 7 de noviembre de 2005 a las 12:42

    Ufff, pues ese dato lo saqué de uno de los libors que cito (si no recuerdo mal el de Asimov). Me gustaría que me pudieras citar alguna fuente alternativa donde pueda confirmarlo.

    Saludos

  4. #4.- Enviado por: Rubén

    El día 10 de enero de 2006 a las 03:51

    Tengo una duda: ¿es cierto que el soldado que mató a Arquímedes fue ejecutado por ello?

  5. #5.- Enviado por: omalaled

    El día 10 de enero de 2006 a las 10:15

    Sí, así fue. Lo que no recuerdo es dónde lo leí.

    Saludos

  6. #6.- Enviado por: Rubén

    El día 13 de enero de 2006 a las 18:23

    Gracias!

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