¡Qué loco propósito!

Publicado el 21 de septiembre de 2007 en Libros por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 5 minutos y 24 segundos

Francis Crick fue uno de los tres científicos que se llevaron el Premio Nobel de medicina en 1962 por el descubrimiento de la estructura del ADN. Esa es la razón por la que leí este libro.

En la primera parte de sus 200 páginas, la mayoría de cosas que explica son concernientes a su vida, cuya biografía, más o menos igual que el libro, podéis leerla en la wikipedia. No voy a repetirlas, por tanto, pero comentaré aspectos que me han llamado la atención.

De estudiante perdió la fe religiosa. En un principio sí la tenía y aunque encontraba algunas cosas absurdas, como la historia de los animales en el Arca de Noé, siempre lo justificaba suponiendo que originariamente habían tenido una base racional:

Conocía el relato del Génesis en el que Dios crea a Eva de una costilla de Adán. ¿Cómo pudo originarse esta creencia? Evidentemente sabía que los hombres, al menos en algunos aspectos, eran anatómicamente distintas de las mujeres. Nada más natural que dar por sentado que el hombre tenía una costilla menos que la mujer. (…) Nunca se me ocurrió comprobar si mi hipótesis tácita se correspondía con la realidad. Sólo años más tarde, probablemente cuando aún no me había licenciado, revelé a un amigo mío estudiante de medicina que, por lo que sabía, las mujeres tenían una costilla más que los hombres. Para mi sorpresa, en lugar de asentir reaccionó enérgicamente ante esta idea y me preguntó por qué lo creía así. Cuando le di mis razones casi se cae de la silla de risa. De esta forma tan burda aprendí que cuando se trata de mitos uno no debe ser demasiado racional.

Crick empezó siendo físico y colaboró con el almirantazgo inglés en el diseño de minas magnéticas y acústicas. Después de la guerra se calculó que esas minas habían hundido o dañado gravemente unos 1000 barcos mercantes enemigos. No obstante, debido a una serie de circunstancias (que os detalla la biografía anteriormente referenciada) acabó por dedicarse a la biología. Y estuvo en el lugar oportuno en el momento adecuado, pues por aquel entonces se estaba iniciando una ciencia multidisciplinar que hoy conocemos como biofísica.

También explica un pasaje en el que es bonito ver lo que es el auténtico debate científico, la discusión civilizada y el tamiz de la crítica constructiva:

Recibí otra lección cuando Perutz describió sus resultados a un pequeño grupo de cristalógrafos de rayos X de diversas partes de Gran Bretaña que se reunieron en el Cavendish. Después de su exposición, Bernal se levantó para comentarla. Yo lo consideraba un genio. Por alguna razón tenía la idea de que todos los genios se comportaban incorrectamente. Por ello me sorprendí cuando oí que alababa a Perutz por su coraje al desarrollar un trabajo tan difícil y que, en aquella época, sin precedentes, así como la meticulosidad y persistencia en su ejecución. Solo entonces Bernal se aventuró a expresar, del modo más delicado posible, sus reservas (…) Aprendí que si tienes que hacer una crítica a un trabajo científico, es mejor hacerlo firme pero suavemente y precederla de un elogio de sus aspectos positivos.

Y también explica que James B. Sumner se llevó el Premio Nobel de Química de 1946 por demostrar que las enzimas eran proteínas, aunque hoy los biólogos saben que hay algunas excepciones. Esto no dejaría de tener mayor importancia si no fuera porque este hombre era manco desde niño: había perdido el brazo en un accidente de caza. Y los investigadores químicos ya saben que no es nada fácil trabajar de ello con un solo brazo.

Escribió varios artículos junto a James Watson. El poner primero el apellido de uno o el de otro siempre ha sido un tema de disputas y enfrentamientos. En los artículos aparecidos en Nature que firmaban ellos dos, el orden de los apellidos se lo jugaban a suertes tirando una moneda a aire.

Pasa muy por encima de la faena que hicieron a Rosalind Franklin, de la que sólo conozco detalles. Parece que esta mujer fue la que dio uno de los pasos claves y no fue muy reconocida por ello. Los que compartieron el Nobel con Crick no la trataron con el debido respeto. Dicen que en su libro «La doble hélice», Watson se preguntaba cómo sería sin gafas e hiciese algo distinto con su cabello y Maurice Wilkins la trataba como asistente y no como colega. No se le permitía tomar café en una de las salas del King’s College reservada sólo para los hombres. Unos actos, en todo caso, despreciables. Murió antes que le pudiera llegar un Nobel y estos premios nunca se dan a título póstumo. Buscaré más información sobre nuestra futura heroína: Rosalind Franklin.

Pero volvamos al libro de hoy. A partir de la mitad aproximadamente, el autor empieza a hablar de proteínas, DNA, RNA, bases, etc; y la historia de los diferentes descubrimientos. Para quien tenga buenos conocimientos de bioquímica seguro que le encantará; pero a quien no, como es el caso de un servidor, le será demasiado duro. Aunque el autor no lo pretenda, desborda a quien no tenga muy claros muchos conceptos de bioquímica; así que no he podido disfrutarlo tanto como hubiera querido.

¿Volveré a leer otro libro de él? Pues sí. Y sólo por una anécdota que vale su peso en oro.

William Lawrewnce Bragg fue un destacado físico. Los estudiantes de ciencias lo conocen por la Ley de Bragg. Pues bien, con 15 años entró a estudiar en la Universidad de Adelaida. Se llevó el Premio Nobel de Física de 1915, junto a su padre, Sir William Henry Bragg por sus estudios sobre cómo utilizar los Rayos X para explorar la estructura de la materia condensada. Bonito Nobel: padre e hijo al mismo tiempo. La cuestión es que William Lawrence tenía entonces 25 años: el más joven que se ha llevado un Nobel en toda la historia. Durante 40 años estuvo en la vanguardia de la investigación. Sería muy fácil que a un hombre así se le subiera la fama a la cabeza. ¿Le pasó esto al joven William cuando creció? Deducidlo vosotros mismos después de leer la siguiente anécdota:

Sir Lawrence Bragg era uno de esos científicos cuyo juvenil entusiasmo por la investigación nunca declinó. Era también muy aficionado a la jardinería. Cuando dejó la gran casa con jardín de West Road, en Cambridge, para vivir en Londres, con objeto de dirigir la Royal Institution en Albermale Street, ocupó el apartamento oficial en lo alto del edificio. Como echaba de menos su jardín, se las arregló para que una tarde a la semana le contratasen como jardinero de una dama desconocida que vivía en The Boltons, un elegante suburbio de Londres. La saludaba respetuosamente con el sombrero y decía llamarse Willie. Durante muchos meses todo fue bien, hasta que un día una visita, tras echar un vistazo por la ventana, dijo a su anfitriona: «Querida, ¿qué hace Sir Lawrence Bragg en tu jardín?»

Un Premio Nobel y director de la Royal Institution trabajando a tiempo parcial de jardinero. Crick afirma que recordaba más de un caso de científicos de su categoría haciendo cosas de este estilo. Veo que tendré que leer todos sus libros para ver si cuenta alguna más.

Portada del libro

Título: ¡Qué loco propósito!
Autor: Francis Crick

Otras opiniones e información adicional sobre el libro:
http://www.agapea.com/Que-loco-proposito-n114185i.htm
http://www.fac.org.ar/ccvc/llave/c332/balbar.php



Hay 14 comentarios a '¡Qué loco propósito!'

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  1. #1.- Enviado por: Elaith

    El día 21 de septiembre de 2007 a las 14:29

    Me encantan estas anecdotas, parece que este tipo de cosas solo se den en cientificos del siglo pasado, no se que pensar XD .. me encanta este blog .. no le quito el ojo,enhorabuena por él.

  2. #2.- Enviado por: elwyd

    El día 21 de septiembre de 2007 a las 14:39

    omalaled, no ves normal que alguien que se pasa todo el dia dando vueltas a sus ideas-trabajos necesite un momento de relax?

    como sabeis, cuando te enfrentas a un problema i no ves la solucion clara, lo mejor es desconectar (dormir es la mejor opcion) y al volver a afrontarlo siempre tienes ideas nuevas. una de las curiosidades de nuestro cerebro (puedo buscar fuentes que lo expliquen mejor).

    por mi parte haria obligatorio que un investigador tuviese esos momentos. ya sea un trabajo de jardinero o dormir la siesta como un señor.

    tomo nota de un libro a poner en lista de espera… aunque sea muy al final.

  3. #3.- Enviado por: G

    El día 21 de septiembre de 2007 a las 15:57

    elaith, esas cosas parecen del siglo pasado si uno no conoce científicos de éste. No me voy a limitar a decirte que hay miles, creeme que los hay, sino que voy a contarte la historia que me parece más impresionante…

    no, tampoco voy a contártela, te dejo que la descubras. Pistas:

    nombre: Joos (apellido…)
    nacionalidad: suizo
    prof: matemático
    nivel: muuuy bueno (más de 50 publicaciones; h index 15; 12 alumnos en distintas partes del mundo; profesor en españa, argentina,…)
    actividad extra: cartonero (no lo hace porque necesite el dinero, sino por otras razones)
    qué es ser cartonero: una idea aquí http://blogs.20minutos.es/enguerra/post/2006/12/21/ser-cartonero-navidad

    Basta poner una o dos palabras en google para hallar la historia completa.

  4. #4.- Enviado por: Nachop

    El día 21 de septiembre de 2007 a las 16:31

    Este hombre es la repanocha, acabo diciendo que el código genetico nacio demasiado ensamblado todas sus partes y que esta claro que no nacio en la tierra, nació en el espacio.
    Claro que tambien sonaba raro todo lo que decía sobre el ADN, como funcionaba etc etc y siempre ha acertado.
    Pa echarse a temblar

  5. #5.- Enviado por: Nachop

    El día 21 de septiembre de 2007 a las 16:32

    Hmmmmmmm, mejor dicho no nació en el espacio, si no que se creó en otra parte y que vino del espacio..

  6. #6.- Enviado por: Busscar

    El día 22 de septiembre de 2007 a las 02:23

    La sencilles demostrada en un volado para ver que nombre irá primero, asombroso, se lo contaré a todo quien me encuentre. (p.d. a mi perro le llaman la atención mis risas). Excelente (como siempre) Omalaled.

  7. #7.- Enviado por: Consumidor irritado

    El día 23 de septiembre de 2007 a las 19:16

    Te recomiendo investigar sobre la apasionante vida de Rosalind Franklin, una muestra de lo dificil que era (espero que el pasado sea un reflejo de la realidad) ser investigador y mujer en aquellos años. Y aun hoy no tiene el reconocimiento que merece su trabajo. Todos recuerdan el articulo de Watson y Crick, pero si en el mismo número no se hubiera publicado el de Rosalin, su hipotesis se habria quedado en eso, una «hipotesis»

  8. #8.- Enviado por: omalaled

    El día 23 de septiembre de 2007 a las 21:10

    Muchas gracias a todos, como siempre, por vuestros comentarios.

    En general, amigos, me choca que alguien sea famoso, inteligente, acomodado, reconocido socialmente y cosas por el estilo y que, por otro lado, además tenga una vertiente de un acto que refleje una humildad fuera de lo común: un jardinero de vocación, o que cuida animales o personas disminuidas, o cartonero, como el ejemplo dado por G.

    En este blog siempre resaltaré estas circunstancias.

    Nachop: si te parece que este hombre acabó mal (no lo he leído, pero no me sorprendería), un caso que me parece más curioso es el de Shockley. Recomiendo leer el final 🙂

    Consumidor: una de las cosas que me irritan es que hay montones de grandes libros que sólo están en ingles. No han sido traducidos al castellano. ¿No es algo para sentirse irritado? 🙂 Cosa que no quita que un servidor debería leer perfectamente el inglés. Y es que hay un libro sobre Rosalind que he encargado, pero que no sé si sabré leer en toda su esencia.

    Salud!

  9. #9.- Enviado por: MeZKaL

    El día 23 de septiembre de 2007 a las 22:26

    Te recomiendo que leas una carta que escribió Mercè Piqueras a El escéptico digital acerca de un artículo que hacía una defensa exagerada del trabajo de Rosalind Franklin.
    COMENTARIOS SOBRE EL ARTÍCULO «EN HOMENAJE A ROSALIND FRANKLIN»

    En la carta menciona algunos mitos y falsedades que se han usado frecuentemente para ensalzar la figura de Rosalind. También menciona la biografía escrita por Brenda Maddox que al parecer es más objetiva que la escrita por Anne Sayre.

    Mercè Piqueras es bióloga, traductora, divulgadora y mi tía.

    Ah, por cierto, colgué unas cuantas fotos de la cena con Vailima i Tio Petros del pasado julio.

  10. #10.- Enviado por: omalaled

    El día 24 de septiembre de 2007 a las 00:13

    MeZKal: con lo feo que salgo en esa foto!! (soy el de naranja)

    El libro que quería leer era precisamente el de Maddox y según el artículo que me pasas parece ser la más objetiva.

    Por favor, pide a tu tía que traduzca muchos libros de Abraham Pais 🙂

    Gracias por los enlaces: han sido muy interesantes.

    Salud!

  11. #11.- Enviado por: hurakanpakito

    El día 24 de septiembre de 2007 a las 11:13

    Yo tuve la suerte de verle y escucharle cuando le dieron el honoris causa en la Auto’noma de Madrid. Todos espera’bamos una charla te’cnica sobre la doble he’lice, pero Crick se desmarco’ con otro tema ma’s profundo y fundamental. Nos conto’ sobre su pasio’n por la mu’sica con un estilo muy cordial y cercano. Nos conto’ co’mo la investigacio’n cienti’fica en su proceso creador se asemeja al proceso de composicio’n musical y de co’mo ambas pasiones le ayudaban a mantener una mente a’gil y equilibrada. Arte y Ciencia como dos caras de una moneda. Dos formas de hacer inteligible el universo que diri’a Jorge Wagensberg (no se’ si estuvo alli’, pero le hubiera entusiasmado la charla).

    Si el libro es la mitad de ameno de lo que lo fue la charla seguro que es muy recomendable.

  12. #12.- Enviado por: Nachop

    El día 24 de septiembre de 2007 a las 13:23

    Omaled acabar mal el hombre no, pero la fama de excentrico no se la quita nadie. Pero siemrpe que hablaba de algo nuevo la gente no se lo creia y luego resultaba ser cierto… Mira que si Crick acierta otra vez y todos somos de origen estraterrestre…
    Shockley tubo el fallo que tienen casi todos para meterse a politica, creen que saben lo que es mejor para todo el mundo y si encima eres tan racista….

  13. #13.- Enviado por: Miski

    El día 28 de septiembre de 2007 a las 20:43

    Chapeau como siempre…y lo mismo para los comentarias…

  14. #14.- Enviado por: RaulDM

    El día 9 de octubre de 2007 a las 01:11

    Muy interesante artículo, como siempre. Y me ha gustado mucho también la carta de Mercà Piqueras. Si bien es cierto que la figura de Rosalind Franklin fue decisiva, debería ser prescindible desplazarse al polo de la exaltación desmesurada. Tuvo su peso, al igual que lo tuvieron otros, y estuvo mal el trato recivido, sin duda alguna.
    Otro libro para la lista…con la tesis no se si me dará tiempo pero ahi estan…Gracias de nuevo por las enseñanzas

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