El de Petilla de Aragón
¿Sabéis dónde está Petilla de Aragón? Es un territorio navarro en la provincia de Zaragoza con un censo de 31 habitantes en 2007. ¿Y qué tiene de particular? Pues que allí nació Santiago Ramón y Cajal, el único Premio Nobel español en lo que a ciencia se refiere; y antes que os lancéis a mi cuello, sabed que según la fundación Nobel, Severo Ochoa es USA, aunque nacido en Luarca (Spain). Por el momento, dejaremos a don Severo, pues es don Santiago el protagonista en nuestra historia de hoy.
Es un gigante de la ciencia de todos los tiempos, pero de los grandes de verdad. En 1921, el director del instituto de Neurología de la Real Academia Holandesa de Ciencias y catedrático de Neuroanatomía comparada, un tal Cornelius Ubbo Ariëns Kappers, lo definió como el «más grande neurólogo que ha existido y que probablemente existirá». El año 1984 fue el autor clásico más citado por las 3000 revistas científicas más importantes. Exactamente 382 veces por delante de hombres de la talla de Einstein, citado 336 veces o Darwin, 239.
Siempre quiso estar por encima de las miserias y limitaciones que lo rodearon. A un compañero de facultad le dijo: Estoy asqueado de la vida vulgar. Me devora la sed insaciable de libertad y de emociones novísimas. ¡Y vaya!, si las tuvo. Pero empecemos por el principio.
Marcaba carácter desde crío aunque su padre era algo más que «severo». En una ocasión hicieron novillos su hermano y él y se fugaron durante tres días al monte alimentándose de frutas y raíces. Cuando su padre los encontró estaban durmiendo. Les zurró de lo lindo y los ató codo con codo para que todo el pueblo los viera. Con 14 años, construyó un cañón agujereando un trozo de viga. Lo disparó con tan mala suerte que hizo un agujero en la puerta de un vecino. Pasó por esto tres días en la cárcel y, a petición de su padre, no recibió alimento durante esos tres días.
Le encantaba dibujar. Dibujaba en papeles, cuadernos, fachadas y tapias y hacía escenas realistas, paisajes, edificios, etc. Su padre decía que el arte era una ocupación inútil y carente de sentido, así que el pequeño Santiago obtenía los colores raspando la pintura de las paredes o poniendo a remojo los papeles pintados y el forro de los librillos de papel de fumar.
Aun así, tiempo después, empezó a dibujar piezas anatómicas de disecciones. Lo hacía tan bien que su padre estuvo a punto de editar un atlas con sus dibujos, aunque no se llevó a cabo tal cosa. Algunos de esos dibujos se conservan hoy día en la Facultad de Medicina de Zaragoza. Con tantas disecciones junto a su padre, se hizo un maestro en anatomía. En esa asignatura describió las cosas con tal detalle que uno de los miembros del tribunal sospechó que había copiado.
La mayor parte de su tiempo libre la dedicaba a la lectura, la fotografía y el dibujo.
En 1874 se recrudeció la guerra de Cuba y tuvo que desplazarse como médico militar. Allí contrajo la disentería y el paludismo. Su trabajo era agotador. Tenia que atender a más de 300 enfermos y la corrupción llegaba a límites insospechados. Intentó oponerse al robo de comida destinada a los pacientes y lo que consiguió fue enfrentarse con el cocinero, los practicantes y la oficialidad.
Ya de vuelta, a su regreso de los exámenes de doctorado, gastó todos sus ahorros en comprarse un microscopio Verick, un microtomo y otros instrumentos micrográficos, instalando con ellos un laboratorio histológico en un desván. Si hoy nos quejamos de falta de fondos para la investigación, no penséis que es algo nuevo. Son famosas las palabras de don Santiago que pueden leerse en multitud de libros:
¡Quién tuviera esos magníficos objetivos a que Fleming, Strassburger y Carnoy deben sus descubrimientos! ¡Quien pudiera poseer un Seibert 1/16 o un Zeiss 1/18! Aquí, desgraciadamente, las facultades no tienen material y aunque yo me empeñara en pedir uno de esos objetivos no me lo consentiría el decano por falta de fondos. Mucho envidio más aún esa riqueza de medios técnicos de que Vs. goza, con la que se hace cuanto se quiere. Yo tengo que resignarme con un objetivo 8 de inmersión Verick y éste gracias a que es de mi propiedad, que por Facultad no tendría más que un 5 o un 6 Nachet.
La Diputación de Zaragoza, ese mismo año, le regaló un Zeiss. Nuestro hombre no cabía en sí de gozo, pues aquel regalo le equiparó técnicamente con los científicos extranjeros. Y con ese microscopio, don Santiago, el de Petilla de Aragón, despegó para acabar inscribiendo su nombre en la Historia de la Ciencia.
Tanto a Rudolph Virchow como a Camilo Golgi y a tantos otros se les había escapado la estructura del sistema nervioso. Por aquel entonces se daba por hecho que el sistema nervioso funcionaba según la teoría reticular: el sistema nervioso era una retícula, o un tejido conectado, más que un sistema compuesto por células discretas. Pero don Santiago miraba por el microscopio y dibujaba; volvía a mirar y corregía. Así una y otra vez hasta que todo encajó y logró entender lo que sucedía.
Identificó la neurona: la célula nerviosa que transmite información rápidamente entre diferentes partes del cerebro. Las neuronas constaban de un cuerpo celular con el núcleo y unas prolongaciones llamadas dendritas, que reciben los mensajes; una extensión de la célula, el axón, conectaba una célula a las dendritas de otra. Y cuando una neurona es estimulada, ondas de iones de sodio y potasio transportan un impulso eléctrico a través del axón. Pues bien, fue él quien dijo que las neuronas eran esas células nerviosas que transmitían la información rápidamente entre diferentes partes del cuerpo. El modelo de sistema nervioso que hizo: la doctrina de la neurona, todavía hoy sigue vigente. Impresionante.
En 1905, la academia de Berlín le concedió la medalla de oro de Helmholtz. Anteriormente la habían recibido gente de la talla de Bundsen, Kelvin, Virchow y después la recibirían Becquerel, Fisher, y Van’t Hoff; pero bueno, si esa medalla os parece poco sabed también que en 1894 fue designado por la Royal Society para pronunciar la Croonian Lecture, una de las más prestigiosas del Reino Unido; en 1896 le concedieron el premio Fauvelle de la Sociedad de Biología de París, en 1900 el Premio Moscú, en 1909 le hicieron Fellow de la Royal Society, en 1915 la Gran Cruz de la Orden del Mérito en Alemania, en 1924 Doctor Honoris Causa por la Sorbona y un montón más que si empezáramos a escribir llenaríamos unos cuantos párrafos.
Y aunque pueda parecer que un curriculum como este parezca de una persona aburrida e intratable, también tenía sentido del humor.
Cuando recibió el Nobel en 1906, también lo hizo Theodor Roosevelt, que recibió el de la paz. Don Santiago escribió: ¿No es el colmo de la ironía y de buen humor convertir en campeón del pacifismo al temperamento más impetuosamente guerrero y más irreductiblemente imperialista que ha producido la raza yanqui?
Un par de frases conocidas de él (de entre las muchas que son famosas y que podéis leer en este enlace y este otro) fueron:
«El instrumento que más ha ayudado a la investigación ha sido la silla» y «No olviden ustedes que los enfermos se pueden curar con el médico, sin el médico y muchas veces a pesar del médico».
Escribió numerosos artículos y ensayos bajo un seudónimo: el Dr. Bacteria. Lo hacía tan bien que el comité Nobel le invitó varias veces para presentar sus propuestas de literatura. Nunca aceptó la invitación.
A principios del siglo XX la obtención de una cátedra en la Universidad venía precedida de una dura oposición y algunas pruebas. Uno de esos opositores se había preparado a fondo y preguntó a don Santiago:
– ¿Cree usted que me falta algo para completar mi preparación?
Don Santiago, sin inmutarse, le respondió:
– ¿Sabe jugar al billar?
– ¡Pues no!
– Creo que ha perdido el tiempo y la cátedra. El presidente del tribunal juega todos los días al billar para facilitar la digestión. Siempre lo hace en compañía de un candidato y casualmente los aspirantes hacen cola …
Pero volvamos a su labor científica. Nunca dejó de trabajar. Cuando ya había cumplido 60 años inventó dos nuevos métodos de tinción.
¿Y cómo, desde su amado país, se le reconoció por su obra?
En 1952 fue el centenario de su nacimiento. Severo Ochoa fue a Navarra a los actos conmemorativos pero dijo que sin ir a Petilla la visita no estaría completa. Quiso saber si don Santiago había vuelto alguna vez a su pueblo natal y bastó leer el texto de uno de sus libros para saberlo: había vuelto una sola vez y creyó que nadie iba a esperarle después de tantos años; no obstante, en la plaza le esperaba la corporación municipal en pleno y el cura. Decía en ese mismo libro que una anciana, al verlo, dijo que de no ser don Justo Ramón (su padre) tenía que ser su hijo por lo mucho que se le parecía. Don Severo encontró en Petilla una casa vacía, con la madera podrida en el lado de los goznes. Todo un reflejo de lo que la ciencia significaba (y sigue significando) para nuestros mandatarios.
El 7 de octubre de 2005 se reunieron en Petilla de Aragón hombres no tan importantes como los que le han relegado al olvido. Eran 36 especialistas en neurología de todo el mundo. Vinieron de Hungría, Japón, EEUU, Francia, Inglaterra, Suiza, Alemania, etc. Uno de los organizadores dijo «Vamos a hablar con el espíritu de Ramón y Cajal mirando sobre nuestros hombros para intentar ponernos de acuerdo«. Tamas Freund de Hungría dijo: «Es un orgullo venir aquí donde nació. Debería ser casi una obligación para cualquier neurólogo visitar Petilla porque esta localidad es como la Meca de la neurología«. Jesee Goldberg del MIT dijo: «Me siento honrado por pisar las mismas piedras que Cajal (…) Yo trabajo con las mismas células que él describió. [Sus dibujos de las neuronas] están hechos con mucho detalle porque no tenía el material que hay ahora. Era un adelantado a su tiempo«. Kathy Rocland de Japón dijo: «Desde primero de carrera tengo todos sus libros (…) [Hoy] he podido ver y tocar sus objetos personales. (…) Es interesante comprobar que una persona que ha nacido en un sitio tan pequeño, casi perdido, haya llegado a ser tan importante en el mundo«. Peter Somogyi de la Universidad de Oxford dijo: «Pienso en este momento que una mente individual puede cambiar el conocimiento. Lo que hace una persona puede cambiar la humanidad«.
Ahora sólo falta ver qué hace la humanidad.
Así que si pasáis alguna vez cerca de Petilla de Aragón, ¿no creéis que vale la pena ir a ver la casa donde nació don Santiago?
Fuentes:
«Santiago Ramón y Cajal», Pedro Laín Entralgo
«Historia de la ciencia», Javier Ordóñez, Víctor Navarro y Jose Manuel Sánchez Ron
«Severo Ochoa», Mariano Gómez-Santos
«Anécdotas de la medicina», Pedro Ramos
Diario de Navarra del 8 de octubre de 2005
http://antoncastro.blogia.com/2007/020702-ramon-y-cajal-visto-por-su-nieto-santiago-ramon-y-cajal-junquera-.php
http://pandeoro.blogia.com/2006/090501-centenario-de-la-concesion-del-premio-nobel-de-medicina-a-santiago-ramon-y-cajal.php
http://www.alpoma.net/tecob/?p=641
El día 17 de septiembre de 2007 a las 02:27
Este país, no sé porqué, siempre ha sido muy desagradecido con sus «grandes hombres» y no sólo gente de ciencia, también literatos, artistas, conquistadores, militares. A algunos se les ha reconocido(un poco) después de muertos, pero a otros… ni eso.
Como siempre, muy interesante….
Un saludo.
El día 17 de septiembre de 2007 a las 10:08
Bueno, me acabas de dar una nueva idea para una excursión. Ir a Petilla de Aragón y visitar la casa donde nació Ramón y Cajal. Además de preguntar a alguno de los 31 habitantes sobre el científico, que aunque las generaciones hayan pasado, seguro que se conservan algunas historias.
El día 17 de septiembre de 2007 a las 11:08
Genial el post, como siempre! Menudo personaje! A mí la frase que más me ha llamado la atención es la de «Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia.» Tenía más razón que un santo. ¿Será porque la gente que lleva las riendas del país es gente de letras?
Ahora tengo otro sitio en la lista de lugares por visitar 😉
El día 17 de septiembre de 2007 a las 11:11
Como me gustaría que muchos de los mandamases que reparten los fondos de todos de los españoles leyeran estas historias…o simplemente les importara algo más que ellos mismos…cantera de científicos tenemos, y perdemos.
Gracias por la historia.
El día 17 de septiembre de 2007 a las 13:04
¿Era Ramón y Cajal el científico español que además era aficionado al culturismo? Lo leí en algún sitio pero no sé si es él…
El día 17 de septiembre de 2007 a las 13:43
A ver si aprendemos de una vez la lección y empezamos a destinar más recursos a la investigación científica…
Estoy harto de viajar a otros países y ponerme verde de la envidia (en especial con respecto a estos temas) mientras que aquí lo único que se atisba a decir es «Es que aquí se vive como en ningún sitio»…
Muy interesante post: una forma fantástica de aprender un poquito sobre D. Santiago, su vida y su obra :-))
Saludos,
Paquito.
http://paquito4ever.blogspot.com
El día 17 de septiembre de 2007 a las 17:48
Chsl, es cierto, se aficionó al culturismo!!8/
En la wikipedia lo mencionan:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ramon_y_cajal
El día 17 de septiembre de 2007 a las 18:34
Vaya, leyendo la primera parte del «post» me parecía estar viendo aquella serie de televisión con su vida, tal cual. No sé si aquel producto televisivo de la España de los años 80 habrá resistido el paso del tiempo.
Lo de conservar la casa de un científico importante de nuestro país es algo complicado. Imaginaos que se pode de moda… Como iban a hacer las maltrechas arcas municipales, no darían hecho! Es mucho mejor hacer casas-museo de todo escritor, pintor o erudito local, que hay unas cuantas por todo el estado, a cual más interesante.
(Leer todo lo anterior con el [MODE IRONIC ON] conectado, no vaya a ser).
El día 17 de septiembre de 2007 a las 20:15
¡Qué triste que tantos años después este país no haya cambiado nada…!
El día 17 de septiembre de 2007 a las 21:38
¡Ahora sí que se quién es Ramón y Cajal!
Ya podrían habernos dado estos textos en el colegio, en lugar de tener que memorizar el año de nacimiento y muerte de literatos cuyos libros ni siquiera hemos leido.
La cultura entra así.
Enhorabuena.
El día 17 de septiembre de 2007 a las 22:07
Increíble hombre… yo comencé a admirarle cuando ví la película sobre su vida… creo que eran un par o tres episodios, dónde cuentan su destino en guerra y su negativa a aceptar los favoritismos de que llegó a disponer.
El día 17 de septiembre de 2007 a las 22:28
totalmente de acuerdo con isod. si coges el mapa de españa y señalas con el dedo al azar, seguro que pillas en pueblo con alguna casa museo de algun escritor, escultor, musico o pintor en un radio de 50 kilometros. en canvio, nunca me he encontrado con ninguna dedicada a un cientifico.
es mas, habeis estado ultimamente en algun museo de la ciencia? el ultimo que he visitado fue el de valencia (ciutat de les arts i les ciencies.. vaya nombrecito) i la verdad me dejo muy mal sabor de boca.
se entiende que es un sitio donde los niños aprendan ciencia probandola con sus manos, experimentando. pues en la mayoria de sitios no hay ni un misero cartel explicando el experimento, los resultados y lo mas importate: el porque!!
como siempre, un articulo muy bueno.
El día 17 de septiembre de 2007 a las 23:08
Gracias a todos por los comentarios. No voy a contestar uno a uno, porque estoy de acuerdo con todos vosotros. La verdad es que toca mucho la fibra ver cómo hombres como el de Petilla de Aragón y el de Luarca jamás tuvieron el reconocimento que merecieron. Incluso hoy se les sigue ninguneando. Eso sí, cuando sale su nombre siempre salta el político de turno para hacerse la foto. Y estos dos son famosos, pero se podrían citar muchos más que nunca podremos recuperar porque, simplemente, se han marchado para no volver.
Si un servidor no se marchó fue por falta de agallas, que no de ganas. Me tiró más la familia, pero si un día alguno de mis peques llega a querer ser un científico no me lo pensaré dos veces y me gastaré todos los ahorros de mi vida en que se vaya fuera y, al menos, tenga una oportunidad.
Por cierto, leed el este artículo de tecnología Obsoleta. Es muy significativo.
Salud!
El día 18 de septiembre de 2007 a las 09:08
Hola! He leido muchas biografías de Ramón y Cajal y os recomiendo su propia autobiografía!!! Yo me la compré en un tomo que traía tres obras:
«Mi infancia y juventud»
«Charlas de café»
«El mundo visto a los ochenta años»
Entre otras anecdotas cuenta como se batió en duelo por una mujer o como entre sus aficciones estuvo el ir al gimnasio (al que entraba a cambio de darle clases de anatomía al dueño, que quería darle un aire profesional a su gimnasio :))
Un gran blog! Muchas de las obras que mencionas las he leido alguna vez pero otras muchas estoy deseando sacarlas de la biblioteca para leermelas!
Saludos!
El día 18 de septiembre de 2007 a las 13:36
Omalaled: hombre, es muy bonito y romántico dedicarse a la investigación científica y salir fuera, pero tiene sus inconvenientes. Tienes que hacer dos o tres postdcos por el mundo hasta, tal vez y sólo tal vez, poder volver a casa. Inviertes muchos años de tu vida y puedes estar con treinta y pico y viviendo de becas, sin nada fijo, sin haberte establecido en un lugar, viendo que otros amigos tuyos quizá ya tienen piso, han empezado a formar una familia…
Son cosas importantes que a uno le pesan a la hora de decidir. En mi caso, estoy empezando el doctorado en Física, y francamente, tengo muchas dudas de si querré, una vez termine el doctorado, llevar una vida tan sacrificada como es la dedicada a la investigación y renunciando a tantas cosas… Creo que hay gente que tiene un tipo de personalidad que combinaría muy bien con la vida del investigador, pero no sé si todo el mundo es de ese tipo.
Bueno, no puedo despedirme sin felicitarte por tu blog. Un saludo.
El día 18 de septiembre de 2007 a las 13:46
Sparc: tomo nota del libro. Gracias.
David: a mí, precisamente, me pesaron más esas otras cosas; pero si no nos quieren para eso, pues que lo digan claro y no pidan que estudiemos (hace poco decían desde la Generalitat que se necesitaban más ingenieros, físicos y matemáticos). Que no nos engañen. Para trabajar, basta tener un oficio. Pero bueno, tanto si investigas como si no, lo importante es que sigas teniendo ansias de saber más 🙂
Salud!
El día 18 de septiembre de 2007 a las 16:19
Como siempre magnífica la entrada.
Una sugerencia: además de visitar la casa natal en Petilla también visitar el centro de interpretación en Ayerbe, localidad oscense en la que pasó su infancia tras trasladarse con su familia desde Petilla.
El día 18 de septiembre de 2007 a las 16:25
Vaya, posteé antes de acabar…
También quería decir que D. Santiago sobresalió siempre por su gran humildad. El Nobel lo compartió con Golgi, su gran oponente. En el discurso de agradacemiento D. Santiago alabó al italiano mientras que el discurso de éste no fue precisamente alagador. También sucedió una vez que solicitó alguno de los histólogos más renombrados de la época que le revisara sus cortes de tejido porque no era capaz de ver lo que éste había descrito. Como respuesta recibió una sincera felicitación y disculpas. Resulta que los cortes de D. Santiago eran mucho mejores y no se veía lo descrito porque realmente no existía. Todo un ejemplo en un mundo con tanto ególatra.
El día 18 de septiembre de 2007 a las 19:10
Ole Omalad, esto se esta poniendo peligroso, con tanta calidad en tus entradas siempre esperamos algo mejor la siguiente ocasion, y nunca no has decepsionado.
El día 18 de septiembre de 2007 a las 20:20
Mil aplausos Omalaled, diría yo excesivamentre interesante. Me llama la atención lo que le dices a David acerca de que lo importante es tener ansias de saber mas, pero algo claramente importante es que personas como tú lo hacen interesante y despiertan esa ansiedad y ganas de saber más y más, gracias.
El día 18 de septiembre de 2007 a las 20:53
Minerva: pareces muy enterada de la vida de Cajal, cosa que me ha alegrado ver. ¿Por qué no escribes un post en tu blog sobre ello? Bien sea con su vida o con diferentes anécdotas. Las que dices no las sabía. Anímate. Si lo haces, dímelo y pondré una actualización desde aquí para enlazar el artículo.
Luis Carlos: y no sólo eso … cada día sois más exigentes 🙂 ; pero juego con ventaja: sois muy condescendientes conmigo cuando meto la pata de forma estrepitosa y eso me da mucha tranquilidad para soltarme y filosofar.
Busscar: yo creo que más que hacerlo yo interesante es que el mundo de la ciencia es interesante. Lo único que hay que hacer es abrir las puertas a quien no lo conoce o mostrar más habitaciones a quien lo conoce. Lo demás viene solo. Muchas gracias por tus palabras.
Salud!
El día 18 de septiembre de 2007 a las 22:20
Hola Omalaled, hacía tiempo que no visitaba tu blog(mea culpa) y veo que sigues tán en forma como siempre. Me has picado la curiosidad por que me he acordado que leí que don Santiago, aparte de ser el magnifico cientifico que fué, era entre otras cosas uno de los mejores fotógrafos de su época. Escribió un libro sobre técnicas fotográficas y aplicó sus conocimientos a la mejora de los metodos de revelado y positivado de fotos que fueron punteros en su tiempo.
Voy a ver si investigo un poco y te cuento.
Saludos.
El día 19 de septiembre de 2007 a las 02:17
Una de las grandes aficiones de Don Santiago fue el ajedrez, llego verdaderamente a destacar en el dificil juego, pero le absorvia demasiado tiempo y decidio dejarlo.
Recomiendo mucho a quien no la haya visto la serie » Cajal» protagonizada por Adolfo Marsillach que hace una verdadera creacion del personaje.
El día 19 de septiembre de 2007 a las 18:45
Nos merecemos que Ochoa aparezca como USA,durante un tiempo le denegaron pasaporte y nacionalidad.Ahora simplemente se gastan el dinero en Olimpiadas y anuncios en la tv.
El día 20 de septiembre de 2007 a las 13:56
Estudiamos usando libros de autores norteamericanos (casi siempre)…en esos libros, lógicamente no van a ensalzar a los pioneros de otros países…poco a poco van perdiendo importancia relativa nuestros descubridores y además en las clases no se hace ningún esfuerzo por recordarlos. No recuerdo que en histología o citología nos refrescaran la memoria histórica y científica con los logros de Ramón y Cajal (por cierto mi calle lleva su nombre y habría que ver cuántos vecinos saben de él); lo mismo puedo decir con Severo Ochoa y la asigantura de bioquímica…por cierto pude asistir a una conferencia de Ochoa en mi facultad donde, entre otras cosas, nos relató las dificultades en sus investigaciones y me da pena no recordar los detalles y curiosidades que contó.
Un saludo.
El día 21 de septiembre de 2007 a las 03:20
Y por él conocemos que el saber sí ocupa lugar. Me gustó mucho el libro «Los tónicos de la voluntad». Muy bueno el post. Un saludo.
El día 10 de octubre de 2007 a las 10:54
Me ha encantado el post… de pequeñita iba con una amiga y su abuelo al colegio y él siempre me contaba anécdotas de Ramón y Cajal (sobretodo la de que la cocinera decidió cocinarle los sesos con los que estaba estudiando y él se los comió sin enterarse)… así que le cogí cariño y me apasiona conocer más cosas sobre sus descubrimientos y sobre si mismo.
Por cierto, debe ser por que soy navarra… pero en mi colegio cada vez que se hablaba del aparato de Golgi se recordaba que fue descubierto por un señor (así, sin muchos datos) que compartió el nobel a la vez que Ramón y Cajal que blablabla. Vamos, que nos recordaban por activa y por pasiva quien era y por qué era importante.
El día 2 de diciembre de 2007 a las 11:45
Me parece que llego tarde y que hablo de oídas:
Cuando Dn Santiago estuvo de profesor en Valencia, ¿no fundó una Sociedad gastronómica?
¿No dijo algo así como que no estaba dispuesto a perder demasiado tiempo con el ajedrez? (!y fue maestro internacional¡)
¿No fue un extraordinario fotógrafo, cuando la fotografía era pura magia? Para ejemplo, su conocido autoretrato.
¿No contribuyó con el dinero del premio Nobel a que algunos estudiantes pudieran formarse en la Universidad? Creo que uno de ellos fue Dn Gregorio Marañón: endocrinólogo, médico, sexólogo, historiador y algunas otras lindezas. Sería tema para otra nota.
El día 2 de diciembre de 2007 a las 21:44
xavier: me sabe mal no recordar todos los detalles que preguntas. Puedo decirte que del libro de Pedro Laín Entralgo, me suena lo del ajedrez y que lo de que fue un maestro en la fotografía es cierto. El resto no te lo puedo confirmar. Un libro pendiente que tengo de él es su autobiogradía.
Y ya lo creo que daría para otro post. 🙂
Salud!