El primer vuelo del Ariane-5

Publicado el 9 de febrero de 2007 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 3 minutos y 12 segundos

El artículo de hoy está inspirado en uno que ya publicó Dan en su blog centpeus (blog en catalán) y del que ya os he hablado alguna vez, así que el mérito es enteramente de él. Yo, tan sólo, he retocado y añadido detalles.

La primera nave del Programa Mariner que llegó a Venus, el Mariner II, fue lanzada el 27 de agosto de 1962. Y si os preguntáis qué sucedió con el Mariner I os diré que cayó al mar inmediatamente después de despegar porque a alguien se le olvidó introducir un signo menos en el ordenador (dicen que fue un error al leerlo de la fórmula hecha a mano).

La NASA ha tenido bastantes fiascos posteriores debidos a fallos que podríamos calificar de «fácilmente evitables». Uno de los mayores ridículos fue el perder una sonda que impactó contra la superficie de Marte porque se hicieron un lío entre una estación que expresaba las distancias en kilómetros y otra que lo hacía en millas.

Pero la ESA, la Agencia Espacial Europea, tampoco ha podido evitar unirse al espectáculo y el mayor y más sonado fue en el vuelo inicial del cohete Ariane-5, que estalló 39 segundos después del lanzamiento. Fue un golpe duro porque era el primer lanzamiento de la nueva generación de cohetes europeos, más grandes, más potentes y con más capacidad que los predecesores Ariane-4.   El motivo del desastre fue ridículo: una de las unidades de 64 bits que controlaba la trayectoria hizo unos cálculos y emitió un número que envió a una unidad de 16 bits. Esta no pudo procesar el resultado porque el número era demasiado grande y simplemente ¡no cabía en 16 bits! Por lo tanto, hizo lo que hacen los ordenadores: dio un mensaje de error y se desconectó.

Había un sistema de emergencia que se puso en funcionamiento inmediatamente pero el software era idéntico al que había fallado, de forma que el error se repitió exactamente igual. La unidad también se desconectó, el cohete quedó sin control y adiós.

El problema con estas unidades fue que, en realidad aprovechaban el sistema operativo de los cohetes Ariane-4. Después de todo, aquel sistema había funcionado muy bien. Y si algo funciona correctamente lo mejor es no tocarlo (bien, esto es cierto a no ser que seas una multinacional de la informática que, por mantener el negocio, necesites vender cada 4 años un nuevo sistema operativo).

Pero, aun cuando el sistema iba muy bien por el Ariane-4, algunas cosas no servían para el Ariane-5 y esta era una de ellas.

La unidad que falló calculaba los desplazamientos horizontales del cohete y los técnicos no se debían preocupar por si daba un valor demasiado alto pues el Ariane-4 nunca se desplazaba tan deprisa. El problema era que el Ariane-5 era mucho más rápido y potente y sí que lo hacía. De forma que cuando el sistema detectó aquel desplazamiento lateral, no pudo calcularlo porque la realidad iba más allá de lo que en el diseño habían previsto (correctamente) que podía hacer un Ariane-4. En fin, que hizo que el ordenador central perdiera los datos de trayectoria del cohete y el desastre fue inevitable. La trayectoria no se pudo corregir de ninguna forma y al final empezó a ir demasiado «de lado». Debido a esa inclinación (más de 20º), los propulsores se separaron de la etapa principal por efecto de las fuerzas aerodinámicas y se disparó el mecanismo de autodestrucción.

Y lo más irónico es que aquel sistema ya no hacía falta. La unidad que falló estaba diseñada por calcular los desplazamientos horizontales en los primeros segundos del lanzamiento, antes de que se estableciera el «modo de vuelo», como si dijéramos cuando el cohete ya ha arrancado del todo.

Esto requería 40 segundos por los Ariane-4, pero sólo 3 segundos para el Ariane-5. De forma que el desastre pasó porque falló un procesador que, en realidad, ¡ya no servía para nada! Un curioso camino que empezó en un error al asumir que no hacía falta modificar el diseño de un programa informático y acabó en un fracaso de 7 mil millones de Euros.

Ya sabemos que no hay ningún sistema está 100% libre de errores pero, a veces, se pone de manifiesto de maneras bien espectaculares.

Moraleja: el «si funciona, no lo toques» no siempre es aplicable.

Fuentes:
«Astronomía», Patrick Moore
http://centpeus.blogspot.com/2006/10/un-nmero-massa-gran.html
http://www.mononeurona.org/index.php?idnew=323
http://www.upv.es/satelite/trabajos/pract_9/kike/paginas/accid.htm



Hay 7 comentarios a 'El primer vuelo del Ariane-5'

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  1. #1.- Enviado por: gamberro

    El día 9 de febrero de 2007 a las 10:11

    el «si funciona, no lo toques» es válido ( viva la ingeniería) siempre que no modificaques todo lo demás, claro…

    si esto pasa en la NASA y la ESA, luego que no se quejen de los corridors 😉

  2. #2.- Enviado por: Ana

    El día 9 de febrero de 2007 a las 11:27

    Esos 7 mil millones de euros habran servido para mejorar muchas cosas ya que la carrera espacial es el mejor laboratorio de avance para la tecnica. Esto me recuerda lo complejidad de los vuelos espaciales, que pude ver en la magnifica pelicula elegidos para la gloria

  3. #3.- Enviado por: alvarhillo

    El día 9 de febrero de 2007 a las 23:29

    Omalaled, gracias por mostrarme que hasta los mejores ingenieros tienen pifias. Así que la próxima vez que despues de haber cortado todas las piezas de un mueble me dé cuenta de que le he dado un centímetro de menos, trataré de cabrearme solo lo justo.
    Saludos

  4. #4.- Enviado por: omalaled

    El día 10 de febrero de 2007 a las 11:17

    gamberro: lo que pasa es que vamos a salto de mata … tú ya me entiendes 🙂

    ana: probablemente. Entiendo que puede haber errores, pero este creo que fue por dejadez o por el «si algo finciona, no lo toques». La frase tendría que ser «si algo funciona, no lo toques, aunque no dejes de probarlo».

    alvarhillo: ¡Ay! si supieras la de pifiadas de los ingenieros. Lo que pasa es que cuando se equivocan se nota mucho.

    Salud!

  5. #5.- Enviado por: La Otra Chilanga

    El día 11 de febrero de 2007 a las 05:24

    Bueno, es que los costos en aeronáutica especial son como todo en ella: carísimos; tanto que en otras ocasiones se cobra las vidas de los astronautas; afortunadamente, esos 7 mil millones de euros, que bien hubieran servido para disminuir algunas situaciones de hambre, aumentar en algo ciertas investigaciones pedagógicas o mejorar aunque sea un poquitín este planeta que estamos destruyendo (con la esperanza de poder mudarnos a otro), no tienen adozadas las vidas de nadie. Creo que no podemos decir lo mismo de otros intentos.

  6. #6.- Enviado por: Carlitros

    El día 14 de febrero de 2007 a las 20:09

    y no previeron ese detalle en las simulaciones virtuales previas al lanzamiento o no cuentan con dichas prácticas para evitar los posibles errores??

  7. #7.- Enviado por: omalaled

    El día 15 de febrero de 2007 a las 00:01

    Buena pregunta, Carlitros. La respuesta es que no.

    Además, en el informe de la ESA (lo tienes en el tercer enlace, aunque es algo rollazo) dice que, aunque no podía probarse un lanzamiento, sí se hubiera podido saber si se hubiera probado don datos telemétricos simulados del Ariane-5.

    Pero claro, seguro que pensaron: si el sistema ya funcionaba (en el Ariane-4), ¿para qué volverlo a probar?

    En fin. Ya lo sabemos para otra vez 🙂

    Salud!

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