Quería mostrar unas pocas anécdotas de científicos alrededor de los momentos finales de su vida (antes y después). Me interesaban, sobre todo, aquellas en que el científico había estado dedicado a la ciencia hasta los últimos días o, mejor, el último día de su vida. Luego me interesé por cosas simpáticas que se habían comentado después de la muerte de dicho científico. Y esa era la idea. Era una de tantas excusas, como siempre busco, para explicaros anécdotas de científicos. El problema es que he encontrado otras entre mis apuntes que me han hecho esbozar una sonrisa, y no he podido resistir publicarlas, así que os las he puesto al final, con lo que me queda un artículo con unas cuantas anécdotas que considero curiosas y he dejado el título como estaba. Olvidando las excusas, os dejo con ellas.