Una tribu de científicos
Hace poco, os planteaba en un artículo por qué teníamos la capacidad de entender el Universo. No os daré la respuesta, pues la desconozco, pero intentaremos profundizar sobre ello en nuestra historia de hoy.
Esta es la tercera entrega de Jesús Hernández. Ya os hablé de los dos libros anteriores 1 y 2, y tal y como estos últimos estaban muy centrados en torno a la Segunda Guerra Mundial, el que hoy os recomiendo toca momentos de la historia mucho más dispares. Os comento por encima algunas de las cosas que dice.
Hace poco, os planteaba en un artículo por qué teníamos la capacidad de entender el Universo. No os daré la respuesta, pues la desconozco, pero intentaremos profundizar sobre ello en nuestra historia de hoy.
Este libro está escrito por Dava Sobel. Ya había leído de esta autora La longitud, que también os recomiendo, en el que narra la historia de John Harrison. Cuando vi el que hoy os quiero comentar en la biblioteca, lo cogí y empecé a mirar. La bibliotecaria, que ya conoce mis gustos, me dijo que me gustaría. No iba equivocada. La autora nos da un repaso a los diferentes objetos que componen el Sistema Solar y detalles de su historia, personajes implicados, curiosidades de ellos y un largo etcétera.
Dicen que en la vida, como en la ciencia, hay personas que han llegado a la cima de una pirámide y se han hecho famosas y conocidas. En muchos casos, sin embargo, no lo han conseguido solas: ha sido también gracias a otras que no son tan conocidas pero sin las cuales, las primeras no hubieran llegado a dicha cima. Rutherford fue uno de esos encumbrados, pero la característica que le distinguió del resto es que, a su vez, creó muchas pirámides. Y de Rutherford hablaremos en nuestra historia de hoy.
Normalmente, los libros que hablan de matemáticas están escritos por matemáticos. Los que no pertenecemos al mundillo debemos sentarnos en la butaca y dejar que el matemático salga a la palestra para hablarnos de matemáticas. Por una vez pediré que sean los matemáticos quienes se sienten y disfruten y se relajen viendo cómo su autor, Licenciado en Económicas, nos las muestra desde el punto de vista del aficionado.
Ya os hablé de Francis Galton, el medidor de nalgas de mujeres y el que dio la idea de utilizar las huellas digitales para identificar personas. Gracias a esa idea, en 1911 se solucionaron de forma espectacular casos criminales abiertos en aquel momento. No es extraño que su utilización se extendiera tanto en EEUU como en Gran Bretaña. Pero hizo más cosas, y sobre ellas hablaremos en nuestra historia de hoy.