Freud y la guerra
¿Qué clase de cosa es esta mente nuestra que parece operar fuera de nuestro control? ¿Quién, de hecho, puede afirmar que controla su mente? ¿Quién puede pensar en algo durante más de unos segundos sin que inmediatamente otros pensamientos no voluntarios se entrometan? ¿Quién puede obligar a su mente a no pensar en el sexo, por ejemplo, en la venganza o en la gloria personal? Una vez que entra uno de estos pensamientos es casi imposible librarse de ellos y luego, de repente, nos abandonan y los reemplaza algún otro pensamiento, igualmente no deseado. Si hay alguien que tiene la fama por haberse formulado esas preguntas cuando a nadie se le había pasado por la cabeza es Sigmund Freud y será el protagonista en nuestra historia de hoy.
Si Galileo levantara la cabeza
Como Remo no me ha dejado otra salida y algunos de vosotros también me lo habéis hecho saber comentaré libros que vaya leyendo. Empezaré por uno de divulgación científica. Aparte de para orinar, el pene sirve para otra cosa (no me corrijáis, por favor, si en este aspecto estoy errado). Y de ese asunto, entre otros, habla este libro.
Las leyes físicas y el Universo
Muchos matemáticos afirman que, aunque no hubiera Universo, las matemáticas existirían igualmente. Creo que tienen razón. Un número primo seguirá siéndolo, exista el Universo o deje de hacerlo. Las matemáticas tienen esa característica que las diferencia del resto de las ramas de la ciencia … ¿seguro? ¿existirían las leyes de la física en caso de no existir el Universo? Sobre ese tema filosofaremos en nuestra historia de hoy.
Bernhard Riemann
Quien haya estudiado matemáticas en la Universidad seguro que reconocerá el nombre de nuestro héroe de hoy. A algunos, incluso, sólo oír su nombre, nos da un escalofrío, y es que Riemann fue uno de los grandes. En lo que a matemáticas se refiere, puede decirse que todo aquello que tocaba se convertía en oro. Será el protagonista en nuestra historia de hoy.