Atrápame ese bumerán
¿Nunca os habéis preguntado por qué el bumerán vuelve a manos de su lanzador?
Hoy que estamos en la llamada «era de las comunicaciones», hemos de mirar atrás, a un clásico, para ver que la idea no es nuestra, sino que se nos adalantaron lo menos hace 400 años. No nos creamos tan modernos, a pesar de todo.
¿Nunca os habéis preguntado por qué el bumerán vuelve a manos de su lanzador?
Ser científico o erudito en general no hace que desaparezcan los problemas en las guerras ni en los conflictos.
En nuestra vida diaria tenemos unos aparatos que están destinados a cambiar temperatura y que nos hacen la vida mucho más cómoda. Me refiero a los frigoríficos, aparatos refrigeradores y/o bombas de calor. Son cosas que tenemos cada día sin que les demos apenas o casi ninguna importancia. Pero como todo, tiene su gracia. Vamos a ver un poquito de la misma.
¿De dónde salen las leyes de conservación de la Naturaleza? ¿Son simplemente observaciones empíricas o encierran alguna otra realidad subyacente?
Allá por la década de los 40, en la General Electric Company de Shenectady, Nueva York, un ingeniero metalúrgico con un doctorado en química física llamado Irving Langmuir tenía una caja llena de vapor de agua a la que podía añadirle diversas clases de polvo.
¿Qué es la luz exactamente? ¿cuál es su naturaleza?. Esta ha sido una de las incógnitas más antigua en la historia de la ciencia.